Tras la votación del 2 de junio en Rosarito, la alcaldesa de extracción panista, Mirna Rincón Vargas, dejó en claro que su apuesta en la contienda fue por la candidata de Morena a la presidencia municipal, Araceli Brown Figueredo, luego de que la primera edil no fue respaldada por su partido para postularse en busca de la reelección.
Mientras que por parte del PAN no hubo qué celebrar y la abanderada en el V Municipio, María Ana Medina, ni siquiera emitió un pronunciamiento reconociendo que los resultados no le fueron favorables, Rincón Vargas acudió a felicitar a Brown Figueredo a la Plaza San Fernando, donde la integrante de Morena celebró con música en vivo, cerveza y decenas de simpatizantes su triunfo en la elección de munícipe, en la cual se impuso con 45% de los votos a su máxima contrincante, quien obtuvo 28%.
Por espacio de dos horas (aprox.), Rincón Vargas, acompañada de su secretaria particular, Mari Macillas, se unió al festejo de Brown Figueredo, en el que incluso bailó a ritmo de tambora.
Sobre su asistencia al evento, personal del área de comunicación del gobierno municipal señaló que la alcaldesa apeló a su derecho de acudir, en virtud de que esa actividad se llevó a cabo en día inhábil, y que en ese contexto tampoco se vio impedida de mostrarse inclinada por una expresión ajena a los preceptos del panismo.
En tanto, el dirigente del Partido Acción Nacional en Rosarito, Rafael López Sotomayor, compartió que el lunes 3 de junio se turnó un oficio a la Comisión de Orden estatal partidista para dar de baja del padrón de militantes a Mirna Rincón, por expresar “su apoyo a algún candidato u otro partido”, lo cual por estatutos amerita expulsión. Calificó “como berrinche” el hecho de que la funcionaria se haya manifestado a favor de Brown Figueredo.
A decir del dirigente local, “los motivos reales” de ese respaldo “fue no aceptar los resultados de la contienda interna donde ella (Rincón Vargas) participó para la reelección y la militancia contundentemente no quiso que fuera la candidata”. En su momento, la presidente municipal impugnó el proceso partidista aduciendo “intromisión” del gobierno estatal y del Congreso de BC. Por lo que respecta a esa versión, lo cierto es que durante la elección panista, el diputado Ignacio García se mantuvo muy de cerca a las urnas, al interior del Comité Directivo, mientras los miembros afiliados sufragaban.
Para López Sotomayor, la fricción suscitada en el panismo rosaritense a raíz de la inconformidad de Mirna Rincón, concurrió a que en los comicios del domingo el partido no lograra retener la alcaldía en el V Municipio, donde con la candidatura de María Ana Medina, el PAN, descendió aproximadamente 7 puntos porcentuales en materia de preferencias, en vista del 35% de sufragios que la actual munícipe concentró en 2016.
El escenario de fricción en el blanquiazul también tuvo lugar por los señalamientos de Medina Pérez relativos a que Rincón operó la campaña de Araceli Brown, al igual que tres funcionarios municipales. Actualmente el recaudador Manuel González, el director de desarrollo social Carlos Peraza y el secretario general del Ayuntamiento Diego Ramírez igualmente están en proceso de ser destituidos de Acción Nacional.
Las acusaciones contra la alcaldesa se extendieron hasta el mismo día de la votación, en voz de Omar Agüero, observador electoral afín al PAN que luego de ser detenido y liberado por reporte falso de arma de fuego, aseguró que ella ordenó su aprehensión.
Por lo que respecta a Brown Figueredo, se abstuvo de conceder que Rincón Vargas le hubiese brindado respaldo en su búsqueda de la presidencia municipal. En tal sentido sólo dijo que a su “proyecto” había sido bienvenido “todo aquel ciudadano mexicano que esté de acuerdo con la cuarta transformación (impulsada por el Presidente López Obrador) sin importar organización social, religión, partido político”.
Reconoció que Rosarito “tiene un retroceso, un gran rezago en infraestructura, bienestar social y salud”; en resumen, expuso que “en todo está rezagado”. Aunque de los padecimientos de esa localidad únicamente responsabilizó al mandatario estatal panista.
“El gobernador actual (Francisco) ‘Kiko’ Vega quitó todo el apoyo a Rosarito, es muy evidente”. Agregó que “parece como si (ahí) hubiera habido una guerra”, a propósito de lo cual puntualizó que “Rosarito está totalmente conmocionado”, con contaminación en el mar, los arroyos y falta de atención “sobre todo en la periferia”. Bajo esta óptica, Mirna quedó excluida de responsabilidad alguna.
Tampoco precisó si Rincón estaba contemplada para formar parte de su gabinete. “No traemos compromisos de trabajo con nadie, pero vamos a generar un equipo con los mejores perfiles de Rosarito”.
La jornada del domingo se caracterizó por un ínfimo nivel de participación. A diferencia de las elecciones de 2016, en las que tratándose del V Municipio la afluencia de votantes fue de 35.1% (24 mil 125 de un total de 68 mil 686 personas inscritas en el listado nominal), en esta ocasión el promedio de votantes resultó ser de 29.2434% (25 mil 383 de una relación oficial consistente en 86 mil 789 electores).
Brown aventuró que “la gente creía que la elección iba a ser el 2 de julio”, habida cuenta de que durante sus recorridos registró ese caso de desinformación, el cual supuestamente no aclaró en vista de que “ese trabajo era de la institución, del instituto estatal electoral”. Indicó que “la guerra sucia” de sus “adversarios” igualmente concurrió al mínimo interés de la población por sufragar.
Finalmente, admitió que la marca Morena contribuyó a que ella se ubicara a la cabeza en los comicios. “El Movimiento de Regeneración Nacional es un factor muy importante para nuestro triunfo porque creemos en el cambio verdadero”, asumió.