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viernes, febrero 16, 2024
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La gente dirá

“Estábamos mejor antes, que estábamos pior, como dijo el ranchero”. ¡Ah, qué dichosos!

Adalberto González González


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De los procesos electorales mexicanos, el de Baja California siempre resulta edificante e ilustrativo.

De no haber fallecido trágicamente en 2011, Francisco Blake Mora podría haber sido uno de los candidatos a la gubernatura.


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¿Por qué Francisco Vega de la Madrid (“Kiko”) ganó la gubernatura con tan poco margen, aparte de la poca votación? Le favoreció el brazo priista de Jorge Hank Ron en detrimento de Fernando Castro Trenti, candidato del PRI en 2013, y ahora en apoyo de Jaime Bonilla, al igual que muchos personajes políticos con largo historial en la administración pública.

En el cierre de campaña de “Kiko” Vega en Mexicali, por ejemplo, le alzaron el brazo en alianza con Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática (PRD). De ahí los compromisos del PAN con el Dr. Trejo Dozal del PRD en la Secretaría General de Gobierno de B.C.

Las elecciones en Baja California como en muchos estados de la República Mexicana no son democráticamente puras. Hay personajes comprobadamente impunes en materia de violaciones a la dignidad y derechos humanos que compiten “libremente” por la alcaldía de Tijuana como lo es el Teniente Leyazola, con antecedentes de tortura cuando fungió como secretario de Seguridad Pública (tema documentado y publicado en la revista Proceso). Pero el que carga con más negatividad en su imagen pública es el saliente Gobernador Vega de Lamadrid, tanto que el pobre candidato que fuera su coordinador de campaña no quiere ni mencionarlo, como si realmente fuese un personaje que todo hubiera hecho mal en su sexenio; parece una inercia aceptar todo lo que se dice y rumora del Gobernador Vega de Lamadrid, como un condenado al que nadie quisiera o pudiera redimirse. Las críticas sin sustento enfiladas al gobernador, semejan aquella crítica de Kapuschinsky sobre la “guerra” del Golfo Pérsico, en la que sin comprobar hechos, desde el hotel los “periodistas” como la “manada” se olvidaron de cubrir otros eventos más relevantes como las masacres de África, diría el periodista bielorruso, autor de “Los cobardes no sirven para esto”.

Históricamente en política Baja California (la Península) siempre ha sido original y ejemplar. La Corona Española declaró en el siglo XVII que “La California era una empresa inútil”. Porque “gastaban” mucho y no daba “frutos”. Los jesuitas fueron expulsados de aquí en 1767 (y de todo el Imperio). Mientras el padre Kino hacía esfuerzos por salvar la situación; la Corona bloqueó para las misiones mucho dinero que mejor dedicaría a “gastos de guerra” en Europa.

Los jesuitas hicieron de esta región algo original, al no recibir “recursos” crearon Salvatierra y Kino el “Fondo Pío de las Californias”, quedando así los soldados bajo las órdenes de los misioneros.

En parte gracias a la influencia del estado más rico del mundo (California), este es otro impulso que en política liberal y democrática influye en Baja California. De hecho, muchos de los políticos de “izquierda” que participan influyentemente en la política y la administración pública estatal, como diría un anticomunista declarado como Mauricio Gómez Mayorga: “los comunistas mexicanos son como los rábanos, rojos por dentro y blancos por fuera”.

Es raro que con este panorama la gente en Baja California no quiera votar, salvo lugares como Mexicali y su valle; la demás gente desde La Rumorosa hasta Comondú o más allá, deberían pensarla más de una vez de abstenerse de votar. Es tan importante su voto para el destino de Baja California que no es precisamente el clima el que fuese un impedimento; los políticos han creado una confusión en esta imperfecta democracia; pero se cumplen en 1989, treinta años, y quién sabe por qué, pero votó en aquel entonces un 70 por ciento de la ciudadanía empadronada, aun cuando no existía el Instituto Estatal Electoral de BC., ni la credencial con fotografía.

Hoy en 2019, violentando la voluntad popular, desde el mismo Tribunal Estatal Electoral, dos de tres magistrados, quieren imponer el criterio de uno de los candidatos a la gubernatura, no para que sea gobernador por dos, sino seis años.

Graciosa una caricatura alusiva sobre el tema: ¿Gubernatura para dos? ¿O cinco uñas?

Este domingo 2 de junio de 2019, quizá como aquel agosto de 1989, diría el reportero Elías Chávez de Proceso, al preguntarle a Ernesto Ruffo Appel: ¿Entonces usted es el próximo virtual gobernador de Baja California? ¡Todavía no lo creo! Bromeaba en 1990 el periodista. ¡Es la democracia que viene! Escribiría Ortiz Pinchetti.

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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