A estas alturas de la elección, en la que el candidato de Movimiento Regeneración Nacional, Jaime Bonilla Valdez, se dice el puntero en la carrera por el Gobierno del Estado, algo de razón debe tener cuando en el resto de los partidos políticos y a iniciativa del Partido Acción Nacional, están proponiendo sentar las bases legislativas para un gobierno de coalición. ¿Cómo? Así, un gobierno de todos, donde cada partido que haya contribuido con votos para ganar la elección, tenga derecho a posiciones en el gabinete del ganador. La propuesta política es que los cinco candidatos a gobernador que no se apellidan Bonilla, declinen a favor de uno de ellos: Óscar Vega Marín, el abanderado del PAN, con la idea de sumar los votos de todos y así tener la alta probabilidad de ganarle al de Morena. En Ciudad de México, las negociaciones de entrada aceptaron al PRD, al PBC y al PRI, lo único que dudaron los tricolores fue si eso les podría hacer perder el registro. Total que están dispuestos a bajar de la contienda a Jaime Martínez Veloz, a Ignacio Anaya Barriguete, y, por supuesto, a Enrique Acosta Fregoso. Todo iba bien, ya habían aceptado repartirse las secretarías en caso de ganar, hasta que en Movimiento Ciudadano les dijeron que no. Que Héctor Osuna Jaime no se baja de la elección. Que van solos, y punto. Hasta donde se conoce, ahí terminó la negociación política para hacer de Vega Marín el candidato único frente a Jaime Bonilla, aunque en política…
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