Cada que hay elección acá en el estado 29, Baja California, el Sr. Jaime Cleofas Martínez Veloz ve la oportunidad de candidatearse, una y otra vez, cuando hay elecciones en la frontera de Tijuana. Ya fue diputado federal y no se vio nada positivo para el Estado.
Quiso ser alcalde de Tijuana en 2001 por el tricolor, y perdió. En 1989 a 1995, cuando ganó la Ruffomanía, y siendo presidente Carlos Salinas de Gortari, lo mandó como “delegado de Sedesol”, y le hizo la vid política de cuadritos al Lic. Ernesto Ruffo Appel; fue causante de problemas, plantones, marchas, zancadillas a la nueva democracia azul que se estrenaba en B.C. El oriundo de Saltillo, el Lic. Veloz, toda su vida la ha radicado en Chiapas; fue mediador de la paz política fuera de Tijuana y quiere ser candidato a Alcalde de Tijuana por Morena, y eso es oportunismo y arribismo político, tiró a la basura lo que le dio de comer el PRI, por obsoleto y viejo. Hoy trae de propaganda un libro que reza su título: Recuperemos la esperanza perdida, pero si él mismo echó a la basura tal esperanza al ser protagonista político y rival del PAN en B.C., nomás por obediencia al Ejecutivo federal. Con qué calidad moral y política quiere la alcaldía tijuanense (?), y con Morena nomás a la de “ya”, sin ser luchador de tal partido. “Apareció” como la brisa matinal, y es total abuso y aprovechamiento político; se necesita vivir en esta ciudad para ser hartamente experto en carencias de los residentes y tijuanenses, y, además, que hoy quiere resolver a ciegas y sin sustento de conocimiento y causa para decir yo conozco y tengo la facultad progresista a esta Tijuana, parte del brazo de la península de B.C.
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Tan veloz como su apellido, Sr. Veloz, aquí en Tijuana hay mejores candidatos empresarios, con arraigo en estas tierras, que los foráneos que se aparecen de la noche a la mañana. Yo no votaría por usted, quizá las nuevas generaciones sí, pero el pasado legendario no se olvida y está escrito en muchos números de ZETA, en su extensa hemeroteca.
Hay que apoyar lo nuestro, lo que da confianza y genera frutos a alguien residente de Tijuana. Para gobernar bien y no sembrar en tierra ajena, porque no daría cosecha.
B.C. Ya es Estado con años y necesita conocedores de las carencias y retrasos. Para Resolver tales esperanzas, como habla su libro, lo perdido lo resuelve su sociedad, y no alguien con varita mágica del “ya”; y con un alcalde autóctono de estas tierras del occidente bajacaliforniano. Tijuana.
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Atentamente,
Leopoldo Durán Ramírez
Tijuana, B.C.
