En los próximos días el Partido Revolucionario Institucional pasará a manos de Jorge Hank Rhon. Será vía negociaciones que, por medio de uno de los suyos, las riendas de lo que queda del partido tomarán los aires del hipódromo. Lo que muy probablemente sea un presagio, si la historia de siempre no cambia, que la primera regiduría –la única que logre colocar el PRI en la próxima elección en Tijuana– sea para este grupo político.
Y es que hace algunos días, al virtual candidato del PRI a la gubernatura, Enrique Acosta Fregoso, “se le salió” comentar frente algunos reporteros que ya se habían decidido los próximos dirigentes del PRI en cada uno de los municipios.
“Ahorita ya decidimos los presidentes de los comités municipales del PRI, ninguno es mi amigo, ninguna es gente cercana a mí, pero es gente que participa…”, palabras más palabra menos, dijo el ex delegado del gobierno federal. ¿Quiénes decidieron? Obvio no lo dijo don Enrique, pero es fácil saberlo.
La candidatura a la gubernatura, Acosta se la debe a 3 personajes clave: Jorge Hank por medio de Mario Madrigal, a David Ruvalcaba, actual dirigente en el Estado y en menor proporción a un menguado René Mendívil. ¿Quiénes decidieron? No hace falta preguntar.
En la indiscreción de Acosta Fregoso soltó nombres. En Tijuana, dijo irá Edna Pérez Corona, “ella no pertenece a mi grupo político, pertenece al equipo de Jorge Hank”, admitió el virtual candidato, cosa que tampoco era muy necesario precisarla, si algo sobra saber, es que doña Edna es una alfil de sangre del grupo Caliente.
En los próximos días, Alberto Nava, quien llegó a la dirigencia en enero del 2018 será echado para entregarlo a las fauces del hankismo, sin consultarlo a la militancia, sin proceso, sin convocatoria, sin respaldo de grupos, sin nada más que el sello de la casa.
Arregui quiere la grande para concluirle a Kiko
La presidencia de la Mesa Directiva del Congreso de Baja California es una posición codiciada entre los diputados; genera ganancias extraordinarias, canonjías, favores. Incluso para los panistas. Quien llega a ese nombramiento es el indicado para negociar con el gobierno del Estado los temas a tratarse, las formas, los tiempos, el orden de las votaciones, la prioridad de las iniciativas del gobernador. Actualmente dicho cargo lo ocupa Ignacio García, pero se le acaba el 28 de marzo con la sesión de clausura de este periodo legislativo. De entrada, por tratarse de una panista quien preside, no puede el partido colocar consecutivamente a uno de los suyos; forzosamente será para la “oposición”. Por eso, el grupo blanquiazul busca entre sus “adversarios” en la Cámara, quien sea el próximo y último presidente de la Mesa Directiva. Y al priista Alejandro Arregui, anteriormente simpatizante del PAN, lo ven como una muy buena oportunidad para negociar los temas que el PAN-gobierno, necesita. Los temas ya están sobre la mesa, solo falta el cómplice. En el próximo periodo legislativo, Francisco Vega necesita le sean aprobados, desatorados y subidos a pleno varios pendientes para blindar su salida: la desalinizadora de Rosarito, el refinanciamiento de la deuda pública del Estado, el nombramiento de dos magistrados del Tribunal Superior de Justicia, el nombramiento del fiscal general, entre otros.
Es cosa de tiempo, en breve, se sabrá quién será el que negocie con el PAN su arribo a la presidencia y a cambio de qué… por lo pronto Arregui, se mueve para que le toque.