La adaptación cinematográfica de la primera novela de Guadalupe Loaeza, considerada “pieza clave para entender la idiosincrasia, las contradicciones y la visión del mundo de una parte de la sociedad mexicana”, estrena hoy viernes 22 de marzo con las actuaciones de Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Paulina Gaitán y Johanna Murillo
Con el máximo reto de alejarse del mar de comedias poco profundas que abundan actualmente en México y el miedo de no lograr un discurso trascendente para iniciar conversación sobre el clasismo en nuestro país, la directora Alejandra Márquez Abella aceptó trabajar la adaptación al cine de “Las Niñas Bien”, determinada en buscar un efecto de ruptura similar al que tuvo el libro, cuando Guadalupe Loaeza lo publicó en 1987. El resultado estrena hoy viernes 22 de marzo, con el apoyo de Cinépolis Distribución y un elenco protagónico conformado por Ilse Salas, Cassandra Ciangherotti, Paulina Gaitán y Johanna Murillo.
“Cuando los productores llegaron a mí con este proyecto, me saqué un poco de onda porque ‘Las Niñas Bien’ era una institución bastante poderosa e intimidante para mí. Tenía mucho miedo de cómo llevar a la pantalla estos textos periodísticos que había escrito Guadalupe y que habían roto con tantas cosas hace cuarenta años, para que tuvieran un efecto similar al que ella provocó, porque creo que provocó bastante en aquella época. Después de mucho pensarlo y de muchas pláticas, decidí asumir el reto porque fue totalmente un reto llevar estos conflictos que parecerían muy superficiales y muy frívolos, a un territorio donde generaran conversación y fueran más relevantes en términos de explicarnos las dinámicas de nuestro país”, declaró la directora de “Mal de Tierra” (2011) y “Semana Santa” (2015), durante la presentación del proyecto a los medios de comunicación.
Producida por María José Córdova, Rodrigo Sebastián González, Gabriela Maire y Rafael Ley, la película inició a planearse hace cuatro años a través de pláticas con Guadalupe Loaeza, escritora que en las crónicas de su libro retrata la crisis económica que sufrió México en 1982, desde la mirada de quienes llamó “Las Niñas Bien”.
“‘Tú eres niña bien, ¿verdad?’, me preguntaron el otro día. Me quedé de a seis. No supe qué responder. ¿En qué consiste ser una niña bien?”, son las primeras líneas del libro editado por Océano, en el que explica que ‘Las Niñas Bien’ se pueden clasificar en varias categorías: Niñas bien, bien. Niñas bien, fresas. Niñas bien, liberadas. Niñas bien, en decadencia. Niñas bien, universitarias, Niñas bien, pobretonas. Niñas bien, zonzas. Niñas bien, intelectuales. Niñas bien, hijas de políticos. Niñas bien, mochas. Niñas bien, concientizadas. Niñas bien, desubicadas. Y la lista sigue.
Pero si Loaeza las compacta a todas, “ser niña bien es una actitud ante la vida, como ‘una filosofía’, algo muy complejo, subjetivo y finalmente relativo” que, reconoció, las actrices lograron proyectar de forma maravillosa.
“Estoy encantada, de verdad es como un sueño hecho realidad, son frases muy dadas y manoseadas, pero eso es lo que siento. Cuando escribí ese texto lo hice con cierto miedo, porque claro, iban a criticarlo y a decirme ‘quién eres para criticarnos’. Me iban a agarrar de la desgastada, la traidora de clase, siempre estaba yo como en la rayita de un estado de ánimo, muy atrevida por un lado y por el otro muy aterrada”, expuso la también periodista mexicana que no dejó de asombrarse con la vigencia de su libro, al que en época actual llamaría “Las fifís bien” o “Las niñas bien fifís”.
Escrita por la propia Alejandra Márquez, la versión cinematográfica de “Las Niñas Bien” sigue los intentos por mantener las apariencias de “la elegante, encantadora y perfecta Sofía, líder del grupo de amigas del club de tenis, cuando se enfrenta a lo imaginable: su caída social”. El personaje lo interpreta Ilse Salas, actriz que en primera instancia rechazó el papel por no sentirse identificada como una “niña bien” y temer que los textos de Guadalupe Loaeza fueran tomados a la ligera. Sobre ello, explicó: “No porque ella los haya escrito así, sino porque se pueden percibir de esa forma y porque las comedias con las que convivimos en el cine mexicano también pueden caer en hablar del clasismo muy a la ligera”.
Sin embargo, una vez que supo quiénes estaban detrás del proyecto, que no sería en tono de comedia y la profundidad a la que apelaba el guion, aceptó darle vida a Sofía a pesar de sus miedos.
“Estaba muy nerviosa porque efectivamente me sentía muy mal casteada, pensé que los tres (productores) estaban cometiendo un error porque habiendo muchas más actrices fantásticas con mi edad y con mucha más clase, porte y alcurnia seguramente, dudé mucho de mi capacidad de llegar ahí, a Sofía, pero el tiempo jugó a mi favor y también la generosidad de mis productores y de Alejandra”, expuso Salas.
Descrita por Guadalupe Loaeza como una película feminista, hecha por mujeres y muy bien lograda en el rescate de la época, “Las Niñas Bien” inició esa línea de sororidad cuando, una vez con presupuesto para rodaje, Ilse Salas anunció a los productores que estaba embarazada y la apoyaron para mantenerse en el rol.
“Desde ahí empezó el feminismo de esta película, porque no representó un problema, sino que se convirtió en algo que jugaba a nuestro favor. Alejandra y yo tuvimos mucho tiempo para trabajar, cosa que no ocurre en el cine muy comúnmente, así que fueron muchos meses de analizar el texto, el personaje, pensar en las niñas bien de hoy, pensar en los 80, leer muchos de los textos de Guadalupe, entenderla”, recordó la actriz que hoy reconoce en esa actuación, el comienzo de una etapa en la que se percibe como una intérprete más poderosa, plena e inspirada para aceptar nuevos retos.