El pasado 4 de marzo el priismo llegó a sus 90 años de fundación pero visiblemente deteriorado. No solo en su evento de celebración sino que en su representatividad en los diversos niveles de gobierno.
En el evento oficial del aniversario, encabezado por la dirigente nacional Claudia Ruiz Massieu en la Ciudad de México, se evidenció el poco poder de convocatoria dentro del instituto político creado en 1929: sus propios cifras calcularon alrededor de mil 500 asistentes, a diferencia del año pasado, en que el festejo congregó cerca de 6 mil personas: en aquel los priistas depositaban sus esperanzas en José Antonio Meade.
El ex candidato presidencial quien se mostró como figura externa se proponía retener para el PRI la presidencia del país, pero obtuvo el resultado más desastroso en la historia del partido con un 16.4 por ciento de los votos, pasando a una de las fuerzas políticas más rezagadas en el ámbito legislativo nacional.
En 2018 el Revolucionario Institucional pasó a ubicarse en la sexta fuerza en la Cámara de Diputados, por poner solo un ejemplo, ganó únicamente 9 diputaciones en las urnas de las 300 que se disputaron.
De aquel partido que recuperó el poder presidencial después de dos sexenios panistas y que aparentaba resurrección social, poco quedó.
La dirigente nacional Claudia Ruiz Massieu aprovechó su intervención en el acto conmemorativo del pasado martes para obviar que como fuerza opositora el tricolor debe ser crítico y “defender las instituciones que le han dado estabilidad y progreso a la república”; sin embargo, para pelear por esas causas, el partido cuenta con mínimo soporte. Ahora sólo concentra 12 gubernaturas de las 32, siendo que en el gobierno de Enrique Peña Nieto (2012-2018) llegó a concentrar 22 de manera simultánea.
Y en las otras esferas de representatividad política es lo mismo. En el 2018 se renovaron 9 gubernaturas, el PRI solo ganó una; actualmente solo tiene 14 senadores de los 128 que conforman la Cámara Alta, gobierna 584 municipios de los más de 2 mil que integran los Estados del país; 183 diputados locales de los mil 112 que hay en todos las entidades.
En la actual Legislatura (LXIV) se encuentra relegado con 14 senadores y 47 diputados (contando los plurinominales), mientras que hace 6 años figuró como mayoría con 52 legisladores en la cámara alta y 212 en la de diputados.
A nueve decenios de haberse constituido, por otro lado, son evidentes las desbandadas que el PRI ha padecido tras las elecciones federales de 2018; situación que se proyectó en el escenario local con personajes como el líder de la CTM Eligio Valencia, y el ex alcalde de Tijuana, Carlos Bustamante, solo por nombrar a unos, quienes dieron la espalda al priismo para encaramarse a Morena, partido en el poder.
El divisionismo en el PRI a la fecha se ve reflejado en la desconfianza que personajes como Ivonne Ortega y Ulises Ruiz han mostrado hacia la cúpula de ese instituto político. En sus aspiraciones a suceder a Ruiz Massieu en la dirigencia nacional, los ex gobernadores de Yucatán y Oaxaca respectivamente, han clamado por que el Instituto Nacional Electoral organice la elección internas en lugar de la comisión tricolor de procesos internos.
Ruiz Massieu en su discurso de los noventa años, reconoció “riesgos” de división y encono en el partido, aunque según ella, “la generosidad de todos los militantes sabrá evadir” tales amenazas. “Por estas razones, nuestro aniversario no sólo es para rememorar, sino sobre todo para proyectar nuestro futuro”.
