Una mujer se realizó una operación de implantes de seno en Ensenada y su experiencia en el quirófano fue más “una tragedia que una belleza”, pues quedó con daños irreparables en su cuerpo. Profesionales de la cirugía plástica en Baja California, alertan de antecedentes recientes, donde personas han fallecido en las planchas de los quirófanos
La proliferación de clínicas estéticas en Baja California ha incrementado a la par de las denuncias penales de pacientes que reclaman una indemnización luego de sentirse víctimas de malos resultados médicos.
A sus 21 años de edad, “Hanna” ambicionó una apariencia física diferente y buscó en redes sociales una opción para someterse a una operación de implantes de seno que, “lejos de resultar una belleza, fue una tragedia”, describió.
“Siempre tuve pechos pequeños, mi familia me decía que eran como dos piquetes de mosco, por eso cuando tuve la oportunidad de operarme, lo hice sin estar bien informada”, narró.
Aunque su complexión es delgada, el médico le sugirió aprovechar la anestesia general y el quirófano para practicarle una liposucción.
Pasaron cinco meses de la recuperación cuando Hannah detectó que sus senos estaban dispersos, “uno más arriba que el otro”.
En ese momento comenzó un suplicio porque trató de que le hicieran válida la reparación del daño y se sometió a una segunda operación, pero las cosas empeoraron. Tuvo que llevar el caso a juicio.
“Quedé física, estética y psicológicamente, muy mal”, apuntó.
En lo que va de 2018, la Subprocuraduría General de Justicia Zona Ensenada, ha recabado ocho expedientes por el delito de responsabilidad médica técnica y por lo que resulte, por parte de pacientes con daños por una operación estética.
Los problemas más comunes en el ámbito estético son por implantes mal colocados en senos o glúteos, así como malformaciones en la cara por inyección de sustancias.
“ME OPERÉ POR PURA VANIDAD”
La proliferación de imágenes a través de redes sociales fue lo que motivó a Hanna a buscar una opción médica para mejorar el aspecto de su cuerpo, luego de tener su primer bebé.
Fue así como en 2016 dio con la clínica ubicada en Avenida Pedro Loyola de la colonia Carlos Pacheco, su expediente está abierto y por cuestiones legales se abstuvo de revelar la identidad del doctor.
Con alrededor de 10 mil pesos fijó una cita para apartar quirófano, después pagó en efectivo alrededor de 92 mil 500 pesos, pero el daño que le ocasionaron le ha costado el doble de la inversión inicial.
Dos años después, Hanna no luce como esperaba, además de cicatrices rojizas, tiene el pecho flácido, con marcas alrededor y perdió el 40 por ciento de sensibilidad en el área.
Con alrededor de 10 mil pesos fijó una cita para apartar quirófano después pagó en efectivo alrededor de 92 mil 500 pesos, pero el daño que le ocasionaron en su físico le ha costado el doble de la inversión inicial.
Hanna creyó le harían una operación llamada mastopexia, la cual consiste en meter el implante y levantar el seno, sin embargo, le practicaron una mamoplastia, sin modificar la forma del pecho.
Cuestionada respecto a cómo eligió al médico que le haría la operación, Hanna respondió:
“Cuando uno se va a operar, no investiga si es cirujano plástico y estético. Era una terquedad. Me dijeron que como acababa de dar pecho, me tenía que esperar un año; (las mamas) están estresadas tienen que descansar”.
Para reparar el daño, el mismo médico le realizó una segunda intervención quirúrgica, pero sus pechos quedaron peor al momento de quitarle la sutura a destiempo; Hanna llegó a su casa con los senos sangrando y con pus.
“Todo lo que me hizo me duele, no puedo usar un brasier, cuando me abrazan fuerte me duele, las tengo súper sensibles”, compartió.
Como parte del proceso legal, la afectada recurrió a la Comisión de Arbitraje Médico Estatal (CAME), donde al estudiar el caso y de acuerdo con un documento expedido a la probable víctima, le informan que su caso será turnado a las autoridades correspondientes, ya que el doctor que la operó, no cuenta con licencia para realizar ese tipo de trabajos.
El Artículo 27 de la Ley, indica que tratándose de quejas que impliquen la probable comisión de un delito o la infracción de disposiciones en materia de salubridad general, la CAME remitirá al Ministerio Público o a la autoridad sanitaria, según sea el caso, la documentación e informes pertinentes.
LA BRECHA ENTRE CIRUJANOS PLÁSTICOS Y ESTÉTICOS
Los doctores que se ostentan como cirujanos estéticos, carecen de cédula profesional con el distintivo para realizar intervenciones quirúrgicas.
La mayoría de éstos tiene la cédula C1, equiparable a un nivel de técnico dental o auxiliar en rayos X. Quien la obtiene, sólo debe cursar la carrera de Medicina.
A diferencia de quienes tiene la cédula A1, éstos tienen autorización para operar, hacer peritajes o un dictamen.
Este grupo cumple los seis años de la carrera de medicina, cuatro años de medicina general y cuatro más de cirugía plástica.
Los médicos cirujanos plásticos José Antonio Morales, José Roberto Lafarga, Roberto Pérez Rangel, Adrián Díaz Cerón y Pedro Alfredo Cota, son los únicos en Ensenada con cédula A1, que los faculta para llevar a cabo operaciones plásticas y reconstructivas.
Están representados por el presidente del Colegio de Cirugía Plástica en Baja California y forman parte del colegio a nivel nacional, avalados por la Academia Mexicana de Medicina y Asociación Mexicana de Cirugía.
Los facultados cuentan con los nombres de pacientes que han muerto en clínicas en los últimos dos años en Ensenada, a consecuencia de una mala cirugía y un sinfín de casos donde mujeres han sufrido daños irreversibles por inyecciones en glúteos, labios y otras partes del cuerpo.
Procedimientos estéticos por “selfies”
Una reciente encuesta realizada por la Academia Estadounidense de Cirugía Plástica Facial y Reconstructiva (AAFPRS, por sus siglas en inglés), determina que 55 por ciento de los cirujanos plásticos faciales atendieron pacientes que desean lucir mejor en “selfies” (autorretratos) que comparten en redes sociales; una tendencia ascendente, al implicar un 13% más de procedimientos estéticos en comparación a los practicados en 2016.
LOS DAÑOS SON IRREVERSIBLES
Cuando a una mujer u hombre le realizan una mala operación, deben pagar entre 7 mil y 10 mil dólares, y el paciente nunca quedará igual.
“No es una sola cirugía la que tenemos que hacer, y lo peor es que nunca van a quedar bien, o por lo menos como lo esperaban”, coincidieron los cirujanos certificados.
Los casos más delicados, se dan al inyectar algún líquido porque deben retirar entre un 30 y 70% de material.
Pero no solo los médicos charlatanes pueden dañar, también negocios más sencillos como las estéticas donde dicen que usarán Botox, pero “en realidad inyectan los que les da la gana y son líquidos deformantes”, como aceite para bebés, para auto o parafina, sustancias imposibles de eliminar por el cuerpo; de ahí que comiencen a distribuirse por el torrente sanguíneo hasta provocar un paro cardiaco.
“Están abusando de la buena fe e ignorancia de la gente”, concluyeron los profesionales de la belleza.
LAS MAÑAS PARA OPERAR SIN LICENCIA
La problemática de quienes usurpan la profesión, ha llegado hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), la cual no los reconoce.
Los cinco médicos plásticos en Ensenada explicaron que hay cursos exprés por internet donde explican cómo realizar una liposucción a través de videos, por un costo de 500 mil pesos.
La cantidad que invierten es poca, ya que en un solo día pueden realizar de 12 a 15 intervenciones.
Como ejemplo, refirieron un curso en Durango, el cual tiene un costo de 15 mil a 20 mil pesos; durante cuatro o cinco meses, el médico sólo lo toma en fines de semana y se le otorga un diploma reconocido por una supuesta Universidad Mesoamericana, a la cual llaman “Escuela Universal de Liposucción”.
En general, y para tener más recursos, el atractivo de estos cursos es realizar la intervención sin anestesia, sin hospital y ambulatoria.
COFEPRIS INSPECCIONA CLÍNICAS CADA AÑO
En septiembre, la Comisión Nacional contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) a nivel federal emitió, como cada año, un comunicado en el que detalla cada una de las irregularidades cometidas por clínicas de cirugía estética.
En el listado se mencionan desde faltas “menores”, como pueden ser problemas con espacios, instalaciones para discapacitados, ventilación, colores de pintura para medicamento caducado, entre otras obligaciones; algunas cambian cada año.
En el caso específico de Ensenada, estaban señaladas las únicas cinco clínicas cuyos médicos tienen la licencia A1, que los faculta para tener un quirófano y practicar cirugías plásticas reconstructivas.
El resto de los médicos “estéticos” ha quedado fuera del padrón de inspección, al no estar catalogados como plásticos, aunque se identifiquen como tal.
La recomendación es que cualquier individuo que aspire a mejorar su aspecto físico a través de una cirugía, se informe en el padrón de cirujanos plásticos calificados.