Con frecuencia constante y apurada,
la vida te ha llenado de tristeza,
miras en derredor de tu cabeza
sin fuerza casi, muy desesperada.
¿Qué fue lo que marcara tu destino,
con una cruz pesada y dolorosa?
¿Qué parte de tu vida era angustiosa,
con niebla y soledad en tu camino?
Habrás necesitado ser amada
y comprendida con ánimo y fervor
en esos días infames de delirio.
Mas la fe de tu alma destrozada,
te entrega justo el verdadero amor
para ponerle fin a tu martirio.
José Miguel Ángel Hernández Villanueva.
Correo: jomian1958@hotmail.com
Tijuana, B.C.