Baja California volvió a ganar el Campeonato Nacional de Beisbol de Primera Fuerza, acabando con un maleficio que se mantenía desde 1994, aunque durante ese tiempo, en varias ocasiones tuvieron la oportunidad, pero por una u otra razón no era concretada.
Esta ocasión, en San Luis Potosí, la novena de BC comandada por Humberto Tovalín, inició ganando a Hidalgo de manera cómoda, después llegaría un revés 5-2 con Chihuahua, derrotaron a Ciudad de México y avanzaron a la segunda fase. Luego vencieron a San Luis Potosí azul 16-1, 7 por 5 a Coahuila y, aunque cayeron 4 por 3 ante Sinaloa, les dieron la victoria porque los sinaloenses violaron el reglamento de competencia.
La gran final era la prevista, BC frente a Chihuahua, y no quedaron a deber. Luego de una cerrada y emotiva batalla en nueve entradas, la selección estatal derrotó 8 carreras por 4 a los “Dorados” en muerte súbita. Los chihuahuenses cometieron costosos errores a la hora cero y, luego de llegar a la final con marca invicta de seis triunfos sin derrota, no pudieron refrendar el gallardete que consiguieron el año anterior en Saltillo.
Con la pizarra empatada a cuatro por bando, para la muerte súbita, los bajacalifornianos colocaron a Adrián Tovalín y a Aarón Colmenares en segunda y primera base, tal como lo establece el reglamento. El cerrador José Ángel Hernández enfrentó a Juan Carlos Villalvazo, quien tocó la bola, Hernández tiró de manera incorrecta para que Tovalín y Colmenares anotaran y ponerse arriba seis carreras a cuatro en un juego de constantes volteretas. Con el “Tuga” en la intermedia, el catcher Gustavo Guzmán fue ponchado por Hernández para el primer out e Ismael Moreno recibió golpe.
Antonio Castañeda vino a la caja de bateo, conectó sencillo, el antesalista Jorge “Tocha” Morales se coló a la hora de recibir el tiro del jardinero derecho, Villalvazo y Moreno timbraron y la historia se escribió a favor de Baja California.
En el cierre de la décima entrada la “División del Norte” tuvo varias oportunidades para armar un rally en el juego, pero careció de bateo oportuno, aunado a algunas cuestionables decisiones por parte del mánager Humberto Rojas, quien no pudo hacer nada y cedió su corona. Fernando Lozano, el pitcher ganador, retiró con rodado para doble play a Ramón Espinoza y enseguida dominó a Alberto Rodríguez para el out final.
Emocionados y al punto del llanto, los campeones recibieron su placa que los acredita como los mejores de su categoría a nivel nacional.