Activistas de organizaciones de ambos lados de la frontera continúan manifestándose para que la autoridad estadounidense cierre de manera definitiva, los centros de detención de migrantes y suspenda su política de “cero tolerancia”, porque la tortura a la que someten a las familias al separar a madres y padres de sus hijos, no detiene el flujo de ciudadanos de diversos países para solicitar refugio, advirtieron.
“Si las personas siguen pidiendo asilo, con la posibilidad de no saber dónde terminarán ellos y sus hijos, es porque realmente lo necesitan, porque el riesgo de quedarse en sus lugares de origen es mayor”, dijo Paulina Olvera, de Espacio Migrante durante la protesta realizada el sábado 30 de junio, en el acceso peatonal de la Garita El Chaparral, en la que participaron también integrantes de Pueblo Sin Fronteras y Dreamers Moms.
En Tijuana hay una lista superior a las mil personas que esperan turno para entregarse a las autoridades migratorias estadounidenses, realidad que desacredita el argumento del presidente de Donald Trump, de que no son refugiados, sino personas que quieren engañar para poder cruzar a Estados Unidos, dijo Alex Mensing, uno de los coordinadores del proyecto Pueblo Sin Fronteras que apoya a los migrantes que se trasladan en caravana de la frontera sur a la frontera norte de México.
Detalló que de los aproximadamente 50 padres y madres de la caravana de este año, nueve están detenidos en centros, lejos de sus hijos. Apuntó que la separación de familias migrantes ha existido desde hace tiempo, solo que este episodio incluye separación niños de uno o dos años de sus padres. “Es una de las peores cosas que hemos visto. Eso es tortura”, expresó.
Refirió el caso de un padre de familia, cuya esposa y tres hijos al solicitar asilo, fueron distribuidos en centros de detención en Texas, Nueva York y San Diego; por lo que mantener comunicación es muy difícil.
Con la orden de un juez de San Diego, en respuesta a la solicitud de la Unión Estadunidense de Libertades Civiles (ACLU, por su siglas en inglés) para detener la separación de familias, el gobierno estadounidense tiene 30 días a partir del 26 de junio, para reunificar a todos los niños; 14 días si tienen menos de cinco años de edad y 10 días para darles la posibilidad de comunicarse vía telefónica.
Dijo que de las caravanas migrantes de años anteriores, hay más de 200 personas con sus familiares establecidos en el país o solos. De sus casos de solicitud de refugio humanitario, seis han sido ganados, solo uno rechazado por completo y los demás siguen su proceso, el cual es lento y muy largo.
Durante la manifestación en Tijuana, Rosa y Laura, cuñadas originarias de Michoacán, esperaban su turno para solicitar refugio, porque fueron amenazadas por la expareja de la primera. Rosa trae consigo a su hija de seis años y Laura tiene seis meses de embarazo y su objetivo es llegar hasta Chicago, donde un hermano de Rosa tiene un negocio en el que esperan poder trabajar.
Cuestionadas sobre la posibilidad de que al entregarse les quiten a sus hijos, Rosa respondió que no cree que sea verdad. “Pero de todas formas nos vamos a arriesgar porque no tenemos de otra”, sentenció.