Durante más de dos décadas, el panista César Mancillas Amador disfrutó los privilegios que el PAN-gobierno suministra a sus obedientes simpatizantes. El partido lo mantuvo prácticamente comiendo de la mesa oficial, en puestos de primer nivel. Fue delegado de Desarrollo Social y luego secretario; asimismo presidente municipal en Ensenada, director de la Cespe, subsecretario de la General de Gobierno en el Estado; como también secretario de Pesca, diputado Federal; además de haber recibido la candidatura a diputado local en 2013, en la cual fracasó.
El caso es que en 2016, Mancillas quiso volver a ser alcalde de Ensenada por el PAN, se registró como precandidato, pero se impuso Carlos Loyola, acto que llevó a Mancillas a explotar contra el blanquiazul. En las siguientes horas ya estaba presentando su renuncia al partido, junto con los integrantes de su familia. A los días ya era el abanderado del Partido Encuentro Social, donde al igual que Loyola, terminó perdiendo.
Pero Mancillas no abandonó al PAN sin antes escupir todo lo que pudo en él, aprovechó cualquier foro y entrevista para calificar a su partido como “una pesadilla”, el cual había perdido el rumbo y los principios, y todo ese discurso que gusta a los que el berrinche se les convierte en deserción.
Además, el exalcalde de Ensenada se convirtió en una voz sumamente crítica contra Ricardo Anaya; de modo que el dirigente del partido y hoy candidato a la presidencia de la República, fue acusado de meter mano en el PAN para su propio beneficio y tenerlo “desquebrajado” y “dividido”.
Mancillas culpó a Anaya de solo responder a sus “intereses personales”, y se atrevió a utilizar una metáfora bastante sugerente al insinuar que al PAN le hacía falta practicarle una “purga”. Así, de ese nivel.
Hace unos días, como si nada, Mancillas anunció su regreso al Partido Acción Nacional, total, ya nadie ha de recordar de sus exabruptos. Apareció en un video de sus redes sociales, adornado de los logos del partido, pidiendo votar o “decidir con inteligencia con visión de futuro y pensando en la dignidad”, a favor de Ricardo Anaya, quien hace un tiempo lo comparó con lo que sale de una purgación.
“Vota por el PAN. Somos PAN”, sale sonriendo el de Ensenada.
Otra de las frases usadas por César Mancillas, cuando renunció al partido que hoy promueve, fue que en el PAN “hay mucha gente apócrifa y simulada”. En efecto. Y no es necesario decir nombres ni apellidos, ¿verdad, exalcalde?
