Cuando el director David F. Sandberg, bien conocido por “Lights Out”, se junta con un genio del horror como James Wan, el resultado tiene que ser bueno, si no es que buenísimo.
Tal es el caso de esta nueva entrega de “Annabelle”, que cuenta la historia de la muñeca poseída que fue creada por un artesano que perdió a su hija en un accidente. Cuando un grupo de huérfanas, acompañadas por la Hermana Charlotte (Stephanie Sigman de “Miss Bala”), se mudan a la casa del tallerista luego de perder su orfanato, el espanto comienza.
Es importante que, justo como ha sucedido en el caso de las películas de “El Conjuro” -dirigidas por Wan-, los efectos no se logran necesariamente con tecnología, sino con la generación de una atmósfera espeluznante y un ritmo narrativo muy bien logrado para el Género H.
En parte el filme funciona por las actuaciones de Janice (Taliha Bateman), la niña que padeció polio, y su amiga Linda (Lulu Wilson). Son ellas quienes primero enfrentan el misterio de la casona de los Mullins que comienza en la habitación de Bee, la hija de Samuel y Esther perdieron trágicamente.
Se supone que este cuarto, además de estar prohibido el acceso, permanece cerrado con llave, sin embargo Janice pronto se da cuenta que de noche la puerta se abre. Y justo ahí está la muñeca Annabelle. El resto ya se lo podrán imaginar.
Aunque muchos trucos aquí son bastante comunes, por ejemplo la oscuridad, las luces que se apagan, los ruidos extraños, la sensación constante de que el mal está presente no solo depende de este tipo de recursos, sino de la capacidad de este joven elenco de transmitir el miedo en su expresión más pura. En pocas palabras, quién no le va a creer a dos niñas que saben actuar.
Otro de los grandes aciertos de Sandberg es utilizar tomas generales que muestran, por ejemplo, un cuarto en toda su amplitud y da suficiente margen para que uno esté el pendiente del pequeño objeto que se va a mover por ahí. El suspenso es enorme.
Este tipo de escenas le suman al resultado en un sentido favorable a pesar de la lentitud con que se desarrollan muchas de las escenas en preparación para un final que llega con todo, donde se comprende que el temor ante el mal es incomparable sobre todo porque vulnera de raíz.
Bravo, entonces, por esta nueva entrega de “Annabelle”, que incluso hace que uno olvide la película previa de esta serie que es mucho muy inferior a esta cinta. *** y media.
Punto final.- Por la cartelera, parece que Halloween se adelantó.