Distribuida por Videocine, la película de Michel Franco que ganó el Premio del Jurado en la edición pasada del Festival de Cannes, llegó a México a través de casi 300 pantallas. Ana Valeria Becerril y Emma Suárez, protagonizan la relación entre una adolescente embarazada y su madre
El objetivo de Michel Franco con “Las Hijas de Abril” era explorar el mundo femenino. Lo dijo desde el inicio y después guardó con recelo los detalles de cómo lo haría. Pero su estreno en la edición 70 del Festival de Cannes, adelantó que la sinopsis sobre el reencuentro de una adolescente embarazada con su madre, apenas sería un asomo a los escenarios que realmente quería abarcar.
“Me llama la atención que en nuestra sociedad las mujeres están poco representadas en puestos importantes, en el cine y pantalla. La verdad es que las mujeres no son muy bien comprendidas, son rápidamente juzgadas, etiquetadas. Uno espera que siempre sean la madre perfecta, la novia guapa, la profesionista, se les exige mucho pero no se les da libertad de escoger y equivocarse. Creo que la mujer tiene mucha desventaja socialmente y por eso me interesaba retratarlas a través de ‘Las Hijas de Abril’”, declaró a ZETA Michel Franco, un día previo al estreno del filme en México.
Ana Valeria Becerril y Emma Suárez son las protagonistas de la película que pasa de la angustia a lo perturbador, al mostrar paso a paso cómo se deteriora la convivencia de una madre con su hija, luego de que ésta da a luz y enfrenta la realidad de ser una joven de 17 años a cargo de un bebé.
Caracterizado por ser el creador de sus propios guiones, el cineasta habló del proceso de escribir uno enfocado mayormente en miradas femeninas: “Yo casi nunca tomo muchas opiniones a la hora de escribir, pero en esta ocasión sí le di el guión a muchas mujeres, a muchas amigas, para que me dijeran qué pensaban, qué opinaban, lo mismo hice ya que tenía a las actrices e hicimos muchos cambios sobre el guión, según lo que ellas opinaban. Trato de siempre entender qué es lo que la gente quiere ver, no solo lo que a mí me inquieta y por eso en ‘Las Hijas de Abril’ hay muchas temáticas que, si bien me importan a mí, creo que son temas universales y muy mexicanos, como el embarazo adolescente y esta necesidad de negarse el paso al tiempo, de seguir siendo joven para siempre. En general todas las situaciones que complican las relaciones entre madres e hijas”.
Durante su primer fin de semana en pantallas nacionales, la película fue vista por más de 70 mil asistentes y se colocó en el noveno puesto de taquilla con una trama que alcanza un punto retorcido e impacta inevitablemente al usar un método que le hace justicia total a cualquier suposición anticipada: “A mí me gusta tratar de ver quién soy y quiénes somos los mexicanos como sociedad y como familias, eso solo se logra a partir de poner a los personajes en situaciones complicadas y en entender los limites; creo que eso puede ser enriquecedor en el cine, que a pesar de entretener, explore la naturaleza humana”, apuntó el cineasta de 38 años de edad, que desde su debut ha retratado temas agudos, como el secuestro (“Daniel y Ana”), el bullying (“Después de Lucía”) y la eutanasia (“Chronic”).
Ante ello, ZETA le cuestionó si su filmografía toma forma de un sentir de compromiso: “Siempre hay una responsabilidad, pero yo siempre parto con mucho respeto hacia el público en el tratamiento de mis temas, y creo que ahí está la responsabilidad más allá de que tenga que dar cierto mensaje. Mis películas, como ‘Después de Lucía’, se han vuelto importantes en la agenda del país para hablar, por ejemplo, del bullying o acoso escolar, pero no es algo que yo me proponía, es algo que sucede justo porque trato los temas con respeto y dándoles realismo”.
— ¿Cómo retomas la escritura tras toda la atención que generan tus películas?
“Me cuesta mucho trabajo porque cada película es una historia completamente diferente y es volver a empezar. Si lo hiciera con demasiada confianza y sin el respeto que merece cada película no quedarían bien, entonces siempre hago todo de cero, es borrón y cuenta nueva, pero lo hago con humildad”.
— Como director, ¿qué tal te percibes ahora?
“Me siento muy afortunado porque puedo filmar las películas que me interesan y al mismo tiempo son relevantes para mi gran público. Creo que ese es un privilegio del que gozo y un voto de confianza que tengo que cuidar mucho, porque me lo he ganado del público”.
— ¿Seguirás creando en y para México?
“Me interesa filmar en mi país, me interesa entender México, me interesa retratar en pantalla la cotidianidad y digamos que tengo más gusto por el sueño mexicano que por el americano”.
— Pero no a todos los trata bien la industria del país…
“Falta mejorar las condiciones de la exhibición de cine mexicano, otra vez yo he corrido con mucha suerte, mis películas se estrenan en un gran número de salas, ‘Las Hijas de Abril’ va a estar en casi 300 cines, no es un problema en mi cinematografía pero sí de mucho cine que vale la pena cuando el cine mexicano está en su mejor momento; creo que esta es su auténtica época dorada, más que lo que se vivió en la época de Pedro Infante, para mí este es el mejor momento”.
Seguro de que el público conoce a muchas mujeres u hombres como Abril, que no aceptan el paso del tiempo y a jóvenes embarazadas, Michel Franco concluyó que la verdadera fuerza de “Las Hijas de Abril” no fue el resultado que tuvo en el festival francés, sino que toca temas con los que la gente se identificará mientras ve locaciones en Puerto Vallarta, Guadalajara y Ciudad de México: “Es una película muy mexicana que ha sido reconocida en Cannes, pero que es más importante que sea reconocida por el público de aquí, porque es para ellos”.