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jueves, febrero 15, 2024
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“Cantar es un acto de fe”: Ramón Vargas

El tenor mexicano se presentará por primera vez en Tijuana, en una “Noche de Gala” en el CECUT,  donde la música popular mexicana será la invitada principal en un repertorio que estará compartido con temas italianos, acompañado por el maestro Ángel Rodríguez al piano

Considerado una de las mejores voces operísticas de su época y con treinta años de carrera desarrollada en los mayores escenarios del mundo, el mexicano Ramón Vargas actuará por primera vez en Tijuana, concretamente en la Sala de Espectáculos del CECUT, para ofrecer al público una “Noche de Gala”, acompañado por el maestro Ángel Rodríguez al piano.


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La presentación se dio a invitación del Centro Cultural Tijuana, en el marco de su 35 Aniversario.

Feliz y emocionado, el tenor lírico platicó con ZETA sobre la actuación que ofrecerá el jueves 20 de julio, de su paso por la música y la pasión por su carrera.

“El hecho de presentarme en un lugar nuevo, en un lugar diferente, con un público diferente, es siempre muy motivador. Ir a México y compartir con mis compatriotas lo que estoy haciendo y lo que he hecho los últimos años me da mucho gusto y emoción”, expresó el artista vía telefónica desde Alemania, donde se encuentra trabajando.


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En una noche de amor, pasión y  belleza, Ramón Vargas ofrecerá un repertorio con piezas italianas en una primera parte, para culminar con temas de la inspiración de compositores como María Grever, Rubén Fuentes, Agustín Lara, José Alfredo Jiménez, entre otros.

“(El repertorio) Lo voy a hacer a piano con el maestro Ángel Rodríguez, que es un pianista estupendo, maravilloso, entonces dije, voy a cantar cosas que sean accesibles para el público y que tengan que ver con el acompañamiento a piano y que no me requiera de una orquesta. Voy a cantar un recital con melodías italianas y mexicanas, creo que está muy adecuado el programa para hacerlo de esta manera”, detalló.

Un mexicano que canta con pasión

Aun cuando él y el maestro Rodríguez son viejos colegas y han colaborado juntos en otros recitales, Vargas asegura que trabajar con acompañamiento de piano, no es tarea fácil.

“Tiene sus dificultades hacer (esos) recitales, porque cuando se canta con una orquesta o cuando se canta en el teatro la ópera, todo el espectáculo mismo te envuelve, te cobija; pero cuando se viene a hacer un recital con solo piano, es una presentación que parece sencilla, pero no lo es, porque requiere de mucha concentración y la capacidad de atraer la atención y contar una historia en los tres o cuatro minutos que dura una melodía. No  siempre es sencillo, se necesita hacerlo bien y poder capturar al público, pero voy a dar lo mejor que yo pueda para que el público esté muy contento y salgamos felices todos”, prometió.

Con la amplia trayectoria con que cuenta ¿el escenario le sigue imponiendo?

“Sí, siempre que voy a salir tengo ese cosquilleo en el estómago de cómo va a estar hoy, de cómo funcionará mi voz, porque finalmente somos seres humanos y puede pasar de todo, pero siempre hay respeto al público y al escenario, que finalmente es importante para los cantantes tenerlo, porque nos activa y nos pone la adrenalina al punto para después salir a dar lo mejor que podamos”.

-¿Qué tan difícil ha sido su trayecto profesional?

“Hay una gran diferencia entre ser un cantante popular y un cantante lírico, operístico, y es que lo que cantamos nosotros, las arias, las óperas, están escritas por grandes compositores y están escritas para orquestas, en tonalidades, en altura de la voz, y no las podemos cambiar; (en cambio) un cantante popular que se siente un poco bien y a lo mejor de cantar la canción con plena voz, la canta suavecito, con micrófono y todo mundo queda muy feliz. Nosotros no; nosotros tenemos que cantar a voz, lo que dice, lo que está escrito con la potencia que se requiere, y eso parece una tontería, pero no lo es. Es un reto que tenemos que tomar cada noche”.

— ¿Qué lo que lo distingue a Usted en ese sentido?

“Mi interpretación, creo que voces lindas hay muchas, creo que buenas voces las hay, buenos artistas los hay también, pero creo que la combinación de estas cosas es lo que vuelve a cada artista particular; es decir, la capacidad de volverte un intérprete único en lo que estás haciendo, y eso es muy difícil cuando cantamos cosas que fueron escritas cien años o más, y que se han interpretado tanto, escuchado por voces de toda la historia, desde Enrico Caruso hasta Luciano Pavarotti; entonces, cuando cantamos, interpretamos esto y nos encontramos con estos retos. Se vuelve muy complicado porque nuestro canto que estamos recreando  es algo que ya está escrito, pero dentro de esa recreación diaria, constante, tenemos que encontrar una autenticidad en nuestro canto, que nuestra interpretación se vuelva única y que la gente nos ubique y nos distinga. Eso es lo difícil de encontrar en todos los géneros. La identidad es lo que vuelve único a un artista, y es lo más difícil de obtener”.

Originario de la Ciudad de México, Vargas obtuvo el primer lugar del Concurso Nacional de Canto “Carlo Morelli”, en 1982, después de ese año, su vida profesional tomó el rumbo correcto, con el que ha logrado reconocimientos, éxitos y pisado los mejores teatros del mundo, ejecutando con maestría obras importantes. Por ello, se siente orgullosos de ser un mexicano que canta con mucha pasión.

“Me considero una persona que ha trabajado muy duro para lograr lo que estoy haciendo; cantar es un acto de fe, nos la tenemos que jugar, nos la jugamos cada noche, cada día, cada año, cada nueva propuesta que tenemos. Cada ópera que cantamos, cada producción donde participamos, se vuelve un reto y no es fácil de mantener, no es fácil llegar, pero más difícil es mantenerse y, después de tantos años, todavía estoy aquí con salud, con energías, con ganas de seguir compartiendo la música e interpretando la música como yo la siento, como a mí me gusta y compartiéndola. Es un privilegio poder hacerlo”.

El tenor mexicano confiesa que el mayor logro en su vida ha sido cuando recibió su primer contrato, asegurándole que podría vivir de su canto, de su voz, “haberme descubierto como un cantante que puede vivir con dignidad de su trabajo”.

De “A Vuccella”, “Parlami d’Amore, Mariu” y “Passione”, a “Vereda Tropical”, “Estrellita”, “Despedida”, “La Bikina” y más, el trabajo interpretativo de Ramón Vargas es de calidad absoluta.

 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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