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jueves, febrero 22, 2024
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La subversión de Amos Vogel

El proyecto Ambulante Ediciones, enfocado a la publicación de material relacionado con la cinematografía y sus creadores, recién tradujo al español “El Cine como Arte Subversivo” (1974), libro que el cineasta Amos Vogel hizo a partir su trabajo en la sociedad fílmica “Cinema 16”, que hace tres años inspiró un segmento de la gira de documentales mexicana.

“Amos Vogel fundó la sociedad en los 40s y funcionó por membresía, alcanzando 7 mil miembros en un período de 16 años, donde las funciones más llenas tenían mil 300 personas, una idea que es alucinante por sí sola. Inició en Nueva York porque Amos fue un exiliado de Austria que llegó allí en los 30s y, un poco desconcertado por el panorama cinematográfico, decidió fundarla junto a su esposa, Marcia Vogel”, dijo durante la presentación del libro en Tijuana, la editora Elena Gómez, quien fue parte del proyecto bajo el sello de Ambulante.


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Con la pauta de que Vogel inició Cinema 16 para contrarrestar el acartonamiento de las películas en esa época, además expuso que se convirtió en distribuidor por incluir en sus programas a cineastas como Kenneth Anger (“Lucifer Rising”) y Maya Deren (“Meshes of the Afternoon”): “Sin ese espíritu de subversión la huella norteamericana no hubiera existido. Logró establecer relaciones muy importantes con cineastas como (Alfred)  Hitchcock, que una vez llegó a Cinema 16 con una película para presentarla con él. Otra labor muy importante que hizo fue la pedagógica, porque para él era súper importante que el público tuviera curiosidad intelectual y no que solo fuera al cine para entretenerse. Esta noción la entendemos muy bien ahora por los circuitos de cine de arte, pero en los 40s en Nueva York fue ir contra corriente”.

A decir de Gómez, el uso de membresía en la sociedad fue para evadir la censura -situación que logró al exhibir películas de propaganda nazi, con escenas de partes íntimas o comunistas-, ya que la mirada del cineasta se determinó por la Guerra Fría y lo convirtió en una persona atenta a lo que pasaba en el mundo: “(El libro) No solamente es un recuento indispensable para los conservadores y programadores de cine, también tiene un contenido político muy vigente en el escenario actual de forma fidedigna y muy detallada. Vogel entendía el ver cine como un acto político, esto quiere decir que para él las películas eran una especie de vehículo para entender una realidad. Influenciado por el marxismo, era una realidad en caos y el cine le funcionaba como una especie de espejo para reordenarla, y cuestionar y dialogar ciertos temas que programaba en contraposición”.

Esto último debido a que Vogel, como detalló la presentadora, no usaba un hilo narrativo al programar, sino que armaba una estructura con películas que revelaban un tema para ampliar la dialéctica del público y motivarlo a discutirlo posteriormente: “Todo este conocimiento que acumuló por 16 años está en el libro, junto con su filosofía de vida, y creo que esa idea de un programador como lector del mundo es sumamente importante para esta época”, concluyó quien también trabajó en “Chris Marker Inmemoria”, primer libro publicado por Ambulante que, junto a “El Cine como Arte Subversivo”, se puede adquirir en https://www.kichink.com/stores/ambulante/


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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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