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sábado, febrero 17, 2024
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Colapso e ineptitud en CESPT

Los volúmenes de aguas residuales debido a la saturación del sistema sanitario de Tijuana, la falta de un equipo adecuado y la nula toma de decisiones oportunas y eficientes de CESPT, causaron su desbordamiento hacia la canalización del Río Tijuana durante los meses de diciembre de 2016 y enero y febrero de 2017, expone investigación de CILA

Falta de mantenimiento e inversión oportuna hacen colapsar sistemáticamente la infraestructura de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), arrastrando con ello contaminación hacia el Valle del Río Tijuana y la costa del océano Pacífico, lo que generó un problema de trascendencia binacional, el cual no se logró cuantificar.


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Así lo documentó la Comisión Internacional de límites y Aguas entre México y los Estados Unidos (CILA), en la investigación realizada tras la ruptura del Colector Oriente a principios de febrero, pero en el análisis solo demostró contaminación por bacterias en el Río Tijuana durante ese periodo, sin lograr precisar la magnitud del derrame de aguas negras.

El informe del grupo de trabajo de calidad del agua del Acta 320 sobre el derrame de aguas residuales hacia el Río Tijuana, también da cuenta del riesgo en el que se encuentra la añeja infraestructura de CESPT, lo que generó una serie de recomendaciones para evitar futuros derrames de aguas residuales transfronterizas.

A la fecha CESPT dice ocuparse en atender las recomendaciones emitidas por CILA el viernes 7 de abril, pero solo en lo concerniente a la reparación de 5 colectores detectados a punto del colapso, así como en la adquisición con fondos extraordinarios del orden de los 70 millones de pesos de equipo de bombeo que le permita, en caso de contingencia, el desvío de aguas residuales hacia el sistema de alcantarillado.


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Pero su director, Miguel Lemus, minimiza o ignora otra problemática generadora de contaminación: la insuficiencia de capacidad de las plantas tratadoras de aguas negras, principalmente la de Punta Bandera, la cual recibe la mitad de las aguas residuales que se generan en Tijuana.

Sin reparase daños por incendio en Punta Bandera

Tampoco atiende la saturación del sitio de disposición de lodos, ubicado en Punta Bandera, cuyos escurrimientos se filtran, particularmente en temporada de lluvia, con riesgo de escurrir hacia el mar, por estar en las inmediaciones de las costas del océano Pacífico, consideró Manuel Becerra, Vicepresidente nacional del Sector Hidráulico de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

No obstante Lemus Zendejas sostuvo que CESPT no enfrenta deficiencias.

 

“A alguien se le pasó avisar a CILA”: Lemus

Por ser aguas residuales las descargadas sin tratamiento alguno al Río Tijuana, CESPT estaba obligada a informar previamente a la Comisión Internacional de límites y Aguas entre México y Los Estados Unidos (CILA), para que el organismo binacional, a su vez, avisara a las autoridades de Estados Unidos.

También debió dar vista a la Comisión Estatal del Agua ni a la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), para que en conjunto se decidiera las medidas a seguir.

Pero CESPT no informó, “ése fue el error”, admite Lemus Zendejas para de inmediato justificar que la dinámica ordinaria de la paraestatal lo hizo “suponer” que uno de sus subordinados, el Subdirector de Saneamiento –Juan Tamayo Arellano–, daría el aviso.

“En una situación de este tipo tú supones que cada quien hace lo que tiene que hacer y todos nos concentramos en atender lo que estaba sucediendo. Todos estuvimos ocupados, no hubo una verdadera supervisión”, reconoció.

“Alguien se le pasó el haberle avisado a CILA, para que CILA avisara a Estados Unidos, porque la coordinación ya existía, la Subdirección de Saneamiento debió haber notificado normal, como un trámite ordinario de que estamos a punto de que un tubo se nos colapse”.

Y cuestionó: “Ahora, ¿qué se iba a resolver avisando?, para inmediatamente responderse, “pues únicamente tomar acciones precautorias de aquel lado, pero al final no se iba a poder detener el derrame”.

Este “error” del director de CESPT generó un conflicto entre Estados Unidos y México por la contaminación que los desechos fecales generaron en las aguas del Río Tijuana, lo que llevó a CILA a investigar la magnitud del daño causado.

 

Desplome expone deficiencias

Cuando las lluvias invernales saturaron la infraestructura de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT) provocando en los primeros días de febrero de 2017 el colapso del colector Oriente, en el que convergen dos subcolectores, se puso en evidencia las deficiencias de las que adolece la paraestatal, tanto de infraestructura como administrativas.

Quedó expuesto la falta de mantenimiento oportuno del añejo sistema de alcantarillado de Tijuana y la falta de capacidad para actuar en el caso de una contingencia atendiendo un protocolo previamente establecido.

Escurimientos al mar,”peligro latente”: CMIC

Sin observar acuerdos internacionales, el director de CESPT, Miguel Lemus Zendejas dispuso contener los escurrimientos de aguas residuales desbordadas del colector colapsado a la altura del bulevar Lázaro Cárdenas, en las inmediaciones de la canalización, redirigiendo las descargas hacia el cauce del Río Tijuana, el cual atraviesa la Línea Internacional con Estados unidos.

Ante la carencia de bombas que le permitieran desviar los grandes volúmenes de agua desbordados hacia otro punto del colector, optó por lo que tenía más a su alcance, la canalización.

La paraestatal sostuvo que solo durante 4 días, del 1 al 4 de febrero, derramó aguas residuales hacia el cauce del Río Tijuana.

Esta afirmación fue desmentida en el resultado de la investigación de CILA, el que si bien se estableció que solo se pudo cuantificar el volumen de descarga de aguas residuales de los primeros 4 días de febrero –28 millones de galones–, ponderó otro hallazgo: “La saturación del sistema sanitario a causa de las precipitaciones extraordinarias, podría haber iniciado desde diciembre”, se lee en el reporte.

Y ratificó, “la información recolectada mostró contaminación por bacterias en el Río Tijuana durante los meses de diciembre de 2016, enero y febrero de 2017”.

Otro hallazgo de la investigación reporta el daño de otros 4 colectores más, además del Colector Oriente que originó el estudio, así como deterioro en “otras 35 líneas secundarias, las cuales también tienen riesgo”. Los derrames registrados en los pozos de visita, que hacen brotar como fuente las aguas negras confirman este resultado.

Además del Colector oriente fracturado en varios tramos, CESPT reconoció fracturas en el subcolector ubicado en la colonia Obrera, del que ya se desvía agua; en el Cañón del Sainz; así como colapsos en 3 colectores más.

Otra de las deficiencias que enfrenta CESPT es el limitado funcionamiento de la planta de bombeo binacional, ubicada en las inmediaciones de la Avenida Internacional, la cual da tratamiento a las aguas negras antes de que se introduzcan a la unión americana, pero que “en tiempo de lluvia se apaga porque no es suficiente para que pueda recibir toda el agua del Río, eso sucedió, que al momento que estaba apagada esa planta tuvimos el derrame”, explicó Lemus.

 

Presupuesto emergente para “parchar”

Con un presupuesto aproximado de 3 mil millones de pesos, CESPT tuvo que recurrir a una declaratoria de emergencia para poder solventar las observaciones de CILA, respecto a la reparación oportuna de los puntos críticos de su infraestructura hidráulica.

Ante ello, el gobierno del estado dispondrá de un fondo emergente de 200 millones de pesos, de los cuales 120 millones de pesos se invertirán en la sustitución de los tramos de los 5 colectores dañados; el resto para adquirir equipo hidroneumático.

Ese presupuesto solo será para atender la emergencia, “para parchar”, anotó el director de la paraestatal, Miguel Lemus.

Pero el equipo a adquirir no será suficiente para subsanar el déficit que enfrenta la dependencia, por lo que el faltante será rentado, arrendamiento que se sumará al que ya se efectúa y para lo cual se dispone hasta 2 millones de pesos al año.

Lemus precisó que las carencias de CESPT son muchas, como ejemplo dijo que de unidades tipo Vactor tiene 17, de las cuales el 70 por ciento están descompuestas, “parte del dinero emergente se va a utilizar para repararlas. De 28 retroexcavadoras trabajaban 12”.

 

Suspensiones recurrentes

La reparación de instalaciones averiadas y las obras de mantenimiento han hecho que en los últimos años la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana suspenda el suministro del vital líquido un promedio de 12 veces al año.

El último caso se registró el sábado 8 de abril, fecha en que el acueducto Otay registró un colapso, derivando inundaciones de vialidades y viviendas, así como la suspensión del servicio en 25 colonias de la Delegación Otay.

Respecto a las causas de la fractura en la tubería, el titular de la CESPT refirió que “se identificaron piedras cercanas al tubo, por lo que una de éstas pudo haber golpeado el tubo, asimismo, pudo haber influido una situación de estrés en la tubería por la reactivación del sistema luego del cierre general de la semana pasada aunado a los movimientos sísmicos que se han presentado estos últimos días”.

 

El riesgo de Punta Bandera

Al mal estado que guardan la infraestructura que conduce el agua residual y potable se suma el equipo obsoleto de las plantas de tratamiento de aguas residuales, particularmente la de Punta Bandera, la cual recibe el 50 por ciento de las descargas que se generan en Tijuana, un promedio de 600 mililitros.

Sin embargo, su mal estado impide que opere al cien por ciento, sobre todo en verano y en horas pico, en que la afluencia de aguas negras se incrementa, entonces solo da tratamiento al 80 por ciento del líquido que recibe, mientras que el 20 por ciento restantes se derrama al mar directamente.

“Éste es un serio problema que en el que CESPT tendría que estar ocupándose”, anotó César Becerra, vicepresidente nacional del Sector Hidráulico de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

Empleados de CESPT reportaron a ZETA que desde principios de noviembre de 2016, después de un incendio que daño las instalaciones de Punta Bandera, las cuales aún no han sido reparadas, la planta dejó de funcionar al cien por ciento.

 

Lodos sin tratamiento

Más aún, los lodos que se generan al ser tratada el agua residual son depositados en un área de 7 hectáreas de relleno sanitario ubicada a un lado de las lagunas que conforman la planta de tratamiento de Punta Bandera.

Son lodos provenientes de las 24 plantas de tratamiento –ubicadas en Tijuana y Playas de Rosarito–, así como de la planta binacional, porque de acuerdo al tratado binacional, el lodo que se genera al ser procesada el agua en Estados Unidos, proveniente del lado mexicano del Río Tijuana, es devuelto a México para su tratamiento y confinamiento final.

Pero el banco de lodos se encuentra saturado, así se documentó desde 2011, expone Becerra, sin que a la fecha CESPT haya dispuesto de un nuevo sitio para confinar el fango.

Tampoco se dispone del lodo para ser reusado en actividades como la agricultura, lo que lo vuelve “un problema latente que no se está atendiendo”, subrayó Manuel Becerra, particularmente porque la lluvia hace que escurran desechos al mar.

De acuerdo a CMIC, Punta Bandera no opera al cien por ciento, tiene un problema de capacidad, es una instalación muy vieja, cada año se deteriora por falta de mantenimiento, al igual que los colectores.

No obstante, Lemus Zendejas, dijo que en Punta Bandera “el sistema no es tan bueno y tenemos que cambiarlo y nos ha estado dando problemas porque utiliza una especie de aireadores que mueven el agua, que es carísimo mantenerlos, como ya no han estado utilizando, los fabricantes han dejado de hacerlos y eso nos da problemas de suministro, por eso vamos por punta Bandera para cambiarle el esquema”. No obstante CESPT no tiene definido ni presupuesto ni proyecto para ello.

Del relleno de lodos, dijo que aún tiene capacidad para estar trabajando por 12 años más, solo que nosotros no nos vamos a esperar, trabajamos para cambiar el esquema de esa planta y buscar como reutilizar esos lodos, llevarlos a la gente de campo para que reactiven sus tierras, pero tampoco definió programa ni fecha para llevar a cabo un proyecto.

 

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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