Jorge Antonio Perroni Lutteroth se presentó en ZETA para confirmar lo publicado por este semanario respecto al drenaje pluvial que realiza en un terreno que reclama como suyo el Club Campestre de Tijuana: No tiene la posesión legal del predio donde erige la conflictiva obra ni cuenta con las licencias correspondientes para edificarla.
Luego de pagar dos publicaciones en medios locales para negar lo afirmado en el reportaje Arbitraria construcción de obra, con anuencia oficial, publicado en la edición 2239, el jueves 2 de marzo acudió las instalaciones del semanario para advertir que la obra que realiza “es de beneficio común”. Pero admite: “No tengo permisos, estoy (en) ello, no cuento ni con la anuencia del municipio ni con un permiso de construcción”.
También dijo desconocer si la obra cumple o no con las normas técnicas, por lo que “estamos en revisión con el municipio para que nos dé todas las normas para que opere el canal, si dice que está mal, vuélvelo hacer, lo tiramos”, asentó.
Dijo que el pluvial de 100 metros que entuba en un paso de servicio favorecerá a los futuros habitantes de un complejo de 40 condominios que edifica en el predio catastrado CH-013-009, el cual sí está a su nombre.
El callejón denominado paso de servidumbre se asienta dentro del polígono de Club Campestre de Tijuana, que de acuerdo al deslinde limita con los terrenos del antiguo Consulado Americano.
Para Perroni Lutteroth, el que se trate de un callejón con un canal pluvial lo hace de uso común, por ello optó por adoptarlo.
“No estoy diciendo que sean míos los terrenos, pero tengo la posición porque en mi deslinde se asentó la demasía que estoy invadiendo y tengo la posesión porque lo custodio, cuido y doy mantenimiento”.
En los archivos de Catastro Municipal se pudo corroborar que el predio adquirido por Perroni Lutteroth en 2011 deja fuera los pasos de servidumbre con los que colinda; y aunque en el plano que presentó a la dependencia delimita su propiedad y la demasía, hasta la fecha ningún documento oficial lo avala como propietario del terreno excedente.
Hecho público el conflicto que ya derivó en una demanda penal por parte del club social, el gobierno de Juan Manuel Gastélum ordenó “una inspección con fines de clausura” del terreno y la obra pluvial que derivó el conflicto entre particulares.
Raúl Felipe Luévano, secretario de Gobierno Municipal, dijo que, de confirmarse que no tiene los permisos, se aplicarán las sanciones a que haya lugar.
De la obra de entubamiento del drenaje pluvial dijo que el municipio podría retomarla, pero primero analizará la situación legal del terreno en donde se desarrolló; si ninguna de las partes demuestra su posesión legal, el municipio podría considerar abrir el callejón.
Pero si Club Campestre de Tijuana demuestra que el predio forma parte de su propiedad, la obra iniciada por Perroni Lutteroth le tendría que ser entregada, algo a lo que el empresario se dice dispuesto.
“Estoy a lo que la autoridad me marque, si dice que continúe, que entregue la obra…”, acotó Jorge Antonio Perroni Lutteroth.