Inspirada en hechos reales, la producción llena de glamour, sensibilidad, riqueza visual, talento e innovación, se presentará en el Teatro Civic de San Diego del 9 al 12 de marzo
Xavier Reyes no oculta su entusiasmo cuando habla de su participación en “Kinky Boots”, obra que del 9 al 12 de marzo se presentará en el Teatro Civic como parte de la temporada actual de Broadway San Diego.
Y es que no hay otra manera de expresarse en torno a este musical si no es con júbilo, y para comprenderlo basta con revisar la historia que desarrolla en escena: “Lola” es un travesti con un gran talento artístico que tiene un problema: siendo varón, no encuentra unos zapatos adecuados para su anatomía y su peso.
A la vez, el joven Charlie Price está metido en un buen lío, luego de haber heredado la fábrica de zapatos de su padre. En eso el zapatero se pone a la medida de su inusual y extrovertido cliente y así nace una aventura que se enriquece con la música de Cindy Lauper, además de la dirección y coreografía de Jerry Mitchell.
El resultado es una producción llena de glamour, sensibilidad, riqueza visual, talento e innovación desde la escenografía, el vestuario, las canciones y los desafíos para un enorme elenco.
Por eso Xavier describe su papel como uno de los “ángeles” -es decir, uno de los personajes que acompañan a “Lola”-, en una entrevista con ZETA.
— ¿Cómo te integraste al elenco de “Kinky Boots”, siendo uno de los ángeles?
“Pues mira, al elenco de ‘Kinky Boots’ me integré luego de varios intentos audicionando, estuve audicionando casi por un año y en privado a las audiciones que tenían, hasta que uno de los integrantes decidió irse del show, y me escogieron para ese personaje. Así es que me integré aprendiéndome el baile, las canciones y haciendo mi mejor trabajo frente al equipo creativo”.
— ¿Qué es lo que te llama más la atención de tu personaje?
“Pues mira, me gustan muchas cosas, pero lo que más me llama la atención creo que es el hecho de que tengo que ponerme un maquillaje pesado, me toma como una hora y media, mi personaje siempre está en tacones y peluca porque hago de una mujer, así es que eso es lo que más me llama la atención, es lo más peculiar de mi personaje, el hecho de que estoy haciéndole de una mujer”.
— ¿Cuáles son los mayores retos de interpretar a un ángel?
“Pues creo que es una mezcla de hacer de una mujer que es un maquillaje pesado porque yo nunca me he puesto maquillaje en mi cara, ni una peluca, ni un sostén, tacones, así que tener todo esto y cantar es un reto, porque mi caminar cambia, mi manera de mover cambia porque estoy con una falda corta, nos ponemos los micrófonos en la cabeza, o sea, debajo de la peluca y bregar con todo eso cambia todo”.
— ¿Cómo inició tu carrera en el teatro musical?
“Comenzó en Puerto Rico, una vez mi padre me preguntó: ‘oye, ¿quieres ser parte de esta obra?, era cerca del pueblo donde yo me crie’, le dije que sí, y recuerdo que me enamoré del teatro, en cada ensayo nunca quería irme, quería estar ahí toda la noche, y entonces luego pues a través de la high school mis padres me pusieron en clases de canto, de baile, de actuación. Así es que luego de clases iba directo al performing arts school, me gradué y estaba completamente enamorado de eso, quería ser actor y eso era lo único que me hacía feliz, y me fui a Nueva York a estudiarlo”.
— ¿Qué tan difícil fue el camino a Nueva York?
“Es difícil porque cuando eres latino mucha gente sin conocerte te juzga y te ponen como labels y dice, ‘ah, mira, tienes un acento, o eres latino, o los hombres latinos no son tan altos como los norteamericanos’, pero yo decidí entrenarme lo mejor y fuerte para poder hacer mi mejor trabajo, así es que demostré que la gente estaba equivocada. Y también es difícil porque cuando estás empezando estás audicionando y no tienes dinero, entonces tienes que tener un medio tiempo, trabajar en un restaurante o en algún lugar y luego audicionar, Nueva York es tan caro…”.
— Ahora, de “Kinky Boots”, es una obra muy dinámica, llena de color, pero ¿cómo la describirías tú al público desde tu experiencia?
“Mira, yo siempre le digo al público que es como una fiesta es un escenario, es como una montaña rusa, porque hay emociones, hay momentos tristes y hay muchos momentos de gracia, donde bailamos mucho; hay momentos donde la audiencia se va a reír y hay momentos que la audiencia va a llorar, y es un espectáculo realmente para toda la familia con un mensaje positivo de lo que estamos muy necesitados hoy en día, especialmente para diferentes comunidades sean latinos, afroamericanos, homosexuales, drag queens… todo tipo de comunidad marginada se va a identificar con este espectáculo.
“La obra te enseña cómo puedes colaborar con otros seres humanos y cómo todos hemos sido marginados de diferentes maneras, y al final del día se aceptan todos, los unos a los otros, no importa cuán diferente sean, no importa cómo sean”.
— Por eso termina siendo una fiesta.
“Para los ángeles todo el tiempo es una fiesta”.
— Eso es lo bueno de tu personaje.
“Exactamente, uno siempre está bailando y coqueteando”.