El ex gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, quien enfrenta dos órdenes de aprehensión, una por defraudación fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita, y otra por delincuencia organizada y también por operaciones con recursos de procedencia ilícita, fue trasladado al Reclusorio Sur, en la Ciudad de México, para rendir declaración.
Tras terminar la audiencia, el exmandatario sonorense regresará al Reclusorio Oriente, donde permanecerá hasta mañana miércoles a las 15:36 horas, plazo máximo para para determinar si le dicta la formal prisión o la libertad por falta de elementos.
El fallo judicial correrá a cargo de Víctor Octavio Luna Escobedo, Juez Cuarto de Distrito en Procesos Penales Federales de Toluca, quien ha pedido vía exhorto a su homólogo adscrito en el Reclusorio Sur, llevar a cabo las diligencias para recabar las pruebas que ha ofrecido Padrés Elías.
A través de internet está circulando una fotografía del ex gobernador de Sonora caminando por los pasillos internos del Reclusorio. En la imagen se ve al ex mandatario vestido con ropa color beige y escoltado por custodios.
El pasado 10 de noviembre, Padrés se entregó tras reaparecer en público al ofrecer una entrevista radiofónica en la que denunció que sufre una “persecución política”. Luego acudió de manera voluntaria al Juzgado, acompañado de su abogado, el exprocurador General de la República, Antonio Lozano Gracia.
En el mismo lugar, la Procuraduría General de la República (PGR) también detuvo a Guillermo Padrés Dagnino, hijo del ex mandatario de Sonora por los mismos delitos.
El viernes pasado, el inculpado se reservó su derecho a declarar y pidió duplicar a 144 horas el término legal para que le definan su situación jurídica, pues el propósito de su defensa es que durante este plazo presentarían su declaración por escrito y ofrecería algunas pruebas de descargo.
Contra el exgobernador de Sonora se ejecutaron dos órdenes de aprehensión, una por defraudación fiscal y operaciones con recursos de procedencia ilícita o lavado de dinero, y otra por delincuencia organizada y también por operaciones con recursos de procedencia ilícita.
8.8 millones de dólares, equivalente a 134 millones de pesos al tipo de cambio vigente en aquel entonces.
El exgobernador presuntamente realizó transferencias del extranjero hacia México y viceversa para ocultar el origen del dinero y dispersó los recursos a empresas controladas por sus familiares, quienes facturaban “operaciones simuladas”.