Hay una buena historia, mucha adrenalina y un manejo a la perfección del género de acción. Eso es lo que Peter Berg pudo lograr al recrear el desastre ecológico de BP en el que 11 trabajadores de la plataforma petrolera Deepwater Horizon perdieron la vida.
Y vaya que ésta no es cualquier hazaña. Lograr el equilibrio perfecto entre la tragedia humana y el manejo impecable del aspecto visual (incluyendo, por supuesto, efectos especiales, sonoros, edición, cinematografía) es una verdadera proeza para el realizador que además tuvo a bien sumar a la cabeza del reparto a Mark Wahlberg en el papel del ingeniero Mike Williams, quien vivió este terrible accidente para contarlo.
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Nunca perdemos de vista a la familia de Williams, tampoco se nos escapa de la mente la magnitud del desastre que queda resumido en la insistencia del inspector que interpreta Kurt Russell por verificar las medidas de seguridad y la prisa del ejecutivo petrolero que encarna John Malkovich por seguir una agenda lucrativa.
De ahí lo que sigue es el infierno en altamar y la heroica labor del personal narrada a conciencia, con verosimilitud y un control absoluto de cada aspecto en pantalla para de pronto hacernos creer que estamos ahí, en medio del peligro, siendo no testigos distantes sino directos de esta crisis que en 2010 transformó el Golfo de México en una bola de fuego que creció desde lo que hasta el momento era considerado el pozo petrolero más profundo de todos los tiempos.
Lo que prevalece es la emoción y la exposición de los hechos desde la perspectiva de un director y sus actores bien comprometidos con sus personajes, y aunque al final sabemos que no es ni la primera ni la última película que vemos sobre un tema como éste, queda la satisfacción del buen cine, al menos para lo que se ha visto este año. *** y media
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Punto final.- Sinceramente qué flojera con “La Bruja de Blair…”
