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lunes, febrero 26, 2024
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Baja California a secas

¿Cómo imaginarnos lo que somos sin el desarrollo de la agricultura? Gracias a ésta, el ser humano pudo abandonar su condición de nómada y asentarse en un lugar garantizando su alimentación; gracias también a ella se desarrollaron nuestras habilidades tecnológicas y se dividió el trabajo. Esta circunstancia permitió que algunos seres humanos, dotados de talentos especiales, tuvieran el tiempo y la oportunidad de desarrollar las ciencias, las artes, y la sofisticación el ejercicio del poder.

Por eso la accesibilidad, o no, de agua en una sociedad, determina en muchos sentidos el futuro de la misma. Los romanos en su vasto imperio lo entendieron bien cuando lo desarrollaron y enriquecieron construyendo una enorme red de caminos y obras hidráulicas que transportaban mercancías, personas, ejércitos, y lo más importante, agua. Mediante la construcción de sus acueductos lograron desarrollar regiones inhóspitas y convertirlas en emporios económicos. Lo suyo no era el simple saqueo o explotación de las miserias de las regiones que conquistaban, sino liderar el más poderoso proceso civilizatorio que el mundo hubiese conocido.


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Desde entonces la racionalidad con la que las naciones utilicen y distribuyan el agua es la clave para la viabilidad de su desarrollo. En México hemos fallado, pues tenemos regiones desbordadas, rebosantes de agua y otras áridas y sedientas. ¿Qué nos faltó? Justamente lo que los romanos hicieron hace miles de años: el suficiente número de presas, y los acueductos necesarios para transportar los excedentes de agua de Tabasco, Chiapas, Veracruz y Sinaloa a Nuevo León, Tamaulipas, Sonora y Baja California Sur.

Veamos el caso de Baja California: según datos del gobierno federal, del agua superficial existente en el territorio del estado, se tiene un aprovechamiento anual de 1918 millones de metros cúbicos provenientes de 15 cuencas, entre las que destaca el Río Colorado con 1850 millones de metros cúbicos, este volumen se tiene asegurado mediante el Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944 con los E.U.; de las aguas subterráneas obtenemos 1265 millones de metros cúbicos anuales provenientes de 48 acuíferos, de los cuales 9 están ya sobre explotados.

¿Es suficiente este volumen para dotar de agua a la población del estado? Sin duda, pues del agua disponible, solo el 7% está destinada para ese propósito, luego entonces, ¿por qué las carencias y el racionamiento en Tijuana, Ensenada, Tecate y Rosarito? Porque el 92% se destina a la agricultura, en el caso del valle de Mexicali se desperdicia en demasía, pues los cultivos y la tecnología empleada utilizan agua en una proporción 10 veces superior que la que se utiliza en el valle de San Quintín. Es decir, sin agua y con el 10 % de las hectáreas cultivadas en el valle de Mexicali, el valle de San Quintín produce 10 veces más que el de Mexicali.


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A los gobiernos les ha temblado las corvas para poner orden a esta situación, o tal vez su miopía los lleva a desatender un problema tan esencial. Por lo pronto dejan el desastre como está y mejor voltean a ver hacia inversiones para construir desaladoras que surtan la demanda creciente del estado. Así cómo, pues.

 

Jesús Alejandro Ruiz Uribe fue dirigente del PRD en Baja California, ex diputado local por el mismo partido y actualmente es Rector del Centro Universitario de Tijuana en Sonora. Correo: chuchoruizuribe@gmail.com

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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