— Los mosquitos son como una familia.
“¿Cómo, maestro? No entiendo”.
— Friegan mucho, pero llevan tu sangre.
Autor: Lector con extensa prole.
Aprendiz de karate
Había una vez un señor que se fue a aprender karate a Japón, y llevaba como cinco años estudiando, pero no aprendía nada, no podía dar ni una patada, y, ya cansado y aburrido, decidió hablar con su maestro, que era uno de esos viejitos como de 100 años que enseñan artes marciales.
“Maestro, estoy cansado de esto, llevo cinco años de mi vida aquí desperdiciados y no sé ni dar ni una patada. Ya no puedo más, ¡me voy!”.
El maestro lo mira seriamente a los ojos y con voz misteriosa le pregunta:
— ¿Has visto el atardecer cuando las gaviotas vuelan flamantes por la llanura?
“Sí, maestro”.
— ¿Has visto cuando los hipopótamos se revuelcan en el fango?
“Sí, maestro”.
— ¿Has visto cuando los leopardos se aparean en el ocaso?
“Sí, maestro”.
— ¿Ves? Por estar viendo babosadas, ¡no aprendes nada, holgazán!
Autor: Practicante de judo.
Oculista
Un hombre va al oculista, quien le pregunta:
— ¿Qué letra ve allí?
“La ‘A’”.
— A ver, caballero, no se precipite. ¿Qué letra ve?
“La ‘A’”.
— Fíjese bien, ¿qué letra es?
“La A”.
— Está usted nervioso, y me está poniendo nervioso a mí. Por última vez, ¿qué letra ve?
“¡La ‘A’!”.
El oculista se acerca a la pared y exclama:
— Rayos, ¡sí es la “A”!
Autor: Oftalmólogo cegatón.
Desmemoriado
Llega Jaimito a su casa y dice a su madre:
— Mamá, en el colegio me dicen que estoy mal de la memoria…
“¿Y desde cuándo te pasa?”.
— ¿Desde cuándo qué?
Autor: Juanito.
Entre amigas
—Estoy a dieta y acabo de perder 100 gramos.
— ¿Cómo?
—Se me cayó una galleta.
Autor: Reportera a dieta.
Chonchos
Un señor muy gordo está parado frente a una escuela. Al notar su presencia, el conserje pregunta:
— Perdone, ¿espera usted a un niño?
“No, siempre he sido así”.
***
— Todos los hombres son igual de superficiales.
“Yo no”.
— Sí, pero tú estás gordo.
***
— Queridos alumnos, mi deber es enseñarles a respetar a la gente y fomentar la tolerancia entre ustedes.
“Una pregunta, profe…”.
— ¿Dime, gordo?
Autor: Un flaco.
Mordida
— ¡Me mordió un Testigo de Jehová!
“Te llevaré a un hospital”.
— ¿Has pensado en la salvación?
“¡Resiste!”.
— Quiero hablarte de un amigo, su nombre es Jesucristo…
“¡NOOOOOOOOO!”.
Autor: Predicador redimido.
Resistencia
— Comadre, ¿ya vio a su viejo que está platicando con esa muchachota?
“Déjelo, a ver cuánto tiempo aguanta metiendo la barriga el menso”.
Autor: La otra comadre.
Súper poder
— Hola, quiero entrar en los X-Men.
“¿Qué súper poder tienes?”.
— Estoy pensando en volver con mi ex.
“Bienvenido. Te llamarás Estúpidus”.
Autor: La ex.
Museo del Helado
Como en la ciudad de Nueva York hay un poco de todo ahora, a finales de julio, el llamado ¡EN ZERIO! Museo del Helado abrirá sus puertas en el famoso Meatpacking District.
Aunque no es un museo, los creadores de este espacio que funcionará como una asociación sin fines de lucro “celebra la creatividad, la pasión, la historia, a los innovadores y las innovaciones” del popular postre.
El recinto contará con varias atracciones como columpios de sándwich de nieve, un sube y baja con helados de distintos sabores y los visitantes también podrán lanzarse a una piscina llena de dulces, participar en la creación masiva de un helado, recorrer el salón de chocolate, o bien, deleitarse con globos comestibles.
Por supuesto que el precio de entrada incluirá un helado con el sabor del mes. El detalle es que el supuesto museo sólo abrirá sus puertas hasta el 31 de agosto, antes que todo se les derrita.