Una fotografía en donde se observa a una mujer llamada Iesha L. Evans, quien se mantuvo de pie enfrente de dos policías blancos antidisturbios mientras era arrestada en el estado de Luisiana durante las protestas contra la reciente muerte de dos hombres negros a manos de la policía, se está convirtiendo en un icono en Estados Unidos.
Evans era una de los centenares de personas que se congregaron el sábado para manifestarse frente al Departamento de Policía de Baton Rouge, sobre la carretera que conduce al aeropuerto de la ciudad. Los agentes intentaron despejar la zona, pero algunos de los manifestantes, como la mujer de la fotografía, se negaron a abandonarla, por lo que fueron arrestados.
Ante la presencia de Jonathan Bachman, fotógrafo de la agencia británica Reuters, la mujer joven que llevaba un vestido largo blanco con negro salió de la multitud y se plantó frente a los policías provistos de equipo antidisturbios.
La mujer se mantuvo de pie sola con un teléfono celular en la mano y los brazos cruzados. Uno de los agentes le indicó que la arrestarían si no se retiraba de la carretera.
Como ella se mantuvo de pie e inmóvil, dos agentes se le acercaron, la sujetaron de los brazos y la llevaron detrás del contingente de policías, sin embargo, fue liberada al día siguiente.
Alton Sterling, un ciudadano afroamericano, murió el pasado martes a manos de la policía en Baton Rouge. Al día siguiente, otro ciudadano afroamericano, Philando Castile, también fue abatido por agentes de policía en Falcon Heights, en Minnesota.
A estos acontecimientos, que fueron grabados en sendos vídeos, les siguieron protestas en algunas ciudades estadounidenses contra el trato de la policía a la población afroamericana.
“No fue muy violento. Ella no dijo nada. Ella no se resistió y la policía no la sacó a rastras”, dijo Bachman, al semanario The Atlantic sobre el momento de la detención.
Evans es una enfermera de 28 años de edad y madre de un niño de cinco años. Precisamente, una amiga de Evans contó al diario New York Daily News que la protagonista de la foto había acudido a la manifestación desde Nueva York porque “quería un futuro mejor para su hijo”.