Más de cuarenta discos en diferentes formatos, entre los que destacan “1999” y “Purple Rain”, son parte del legado del cantante, tras fallecer a los 57 años por causas aún no aclaradas
Los focos rojos comenzaron hace una semana. Prince había sido hospitalizado de emergencia en Illinois. Una noche antes estuvo en Atlanta, tocando en el Fox Theatre pero, al regresar a su natal Minneapolis, tuvo una recaída de salud. Fue entonces que el avión en que viajaba, interrumpió su trayecto y aterrizó para que lo atendieran. La noticia la dio a conocer el portal TMZ, mismo que ayer jueves 21 de abril, se encargó de comunicar el abrupto suceso: la muerte de Prince a sus 57 años de edad.
Después de que los medios estadounidenses propagaron la información, en espera de que se confirmara, finalmente el publicista del músico lo hizo mediante declaraciones a The Associated Press, aunque éstas tampoco aclararon los motivos de la muerte. Igual que su hospitalización, los hechos se cubrieron de suposiciones que, hasta el cierre de esta edición, no habían sido aclaradas.
Sin embargo, el que padeciera influenza es la línea que se maneja más fuerte, luego de que previamente suspendió dos conciertos por gripe. Lo cierto es que la prensa y asistentes a su última presentación, ofrecida el jueves 14 de abril, afirmaron que no se le notaba con síntomas del cuadro, por lo que pudo cantar sin problemas por más de hora y media, en la que retomó su concepto “Piano & a Microphone”. Esa fue su despedida del público y los escenarios.
Mientras que su adiós final se dio en solitario en Paisley Park, el que fue su hogar simbólico desde 1988, al recibirlo constantemente en sus tres estudios de grabación. Ubicado en una finca en Minnesota, el lugar que también alberga dos espacios para conciertos, fue el sitio en que se encontró su cuerpo, según datos publicados en TMZ, que aseguran, Prince yacía en un elevador y se reportó sin vida a las 10:07 am, hora del Centro.
Distante de los medios desde el inicio de su carrera, quien saltó a la fama con el álbum “Purple Rain” pasó de pronunciarse por la liberación sexual a reservar sus opiniones cada vez más, sobre todo, tras convertirse en testigo de Jehová en 2001. Pero ello no lo limitó a seguir su trayectoria sin ataduras y disfrutarla hasta el último momento. Versátil, innovador y genio de los instrumentos, evolucionó conforme a la industria y, aunque sus recientes discos no fueron del todo exitosos, siguió siendo referencia del rock, R&B y funk, que siempre orientó a las masas, para que sus creaciones no se catalogaran como música sólo para negros.
Una de sus últimas estrategias para seguir promocionándose y no tener ninguna barrera, aunque éstas ya no era problemas ante el peso de su nombre, fue debutar “Hit n Run” en Tidal, la plataforma de música al frente de Jay-Z. Por otra parte, están las presentaciones que ofreció en años recientes, compartiendo su talento a generaciones más jóvenes, como fue el caso de las que protagonizó en Londres del 1 de agosto al 21 de septiembre de 2007 en la Arena O2, o su aparición en Coachella en 2008, donde hizo un cover de “Creep” (Radiohead). Mientras que en Inglewood, California, también escribió un capítulo de su historia, al ofrecer 21 conciertos, con hasta siete regresos al entablado para sumar la interpretación de 43 canciones en The Forum, que lo albergó a partir del 14 de abril de 2011, es decir, cinco años antes de la última vez que cantó en vivo, sellando su trascendencia musical.
EL LEGADO DE PRINCE
Prince Rogers Nelson será recordado por su aportación a la música, sobre todo por las innovaciones que lo destacaron en los 80s a favor del rock, el funk, soul y new wave, en Estados Unidos. Aclamado por el sonido logrado en álbumes como “Dirty Mind” y “Controversy”, pero alcanzando la popularidad gracias a “Purple Rain” y la cinta cinematográfica del mismo nombre, con la que logró un Óscar por Mejor Banda Sonora.
Cabe destacar que con “Purple Rain”, Prince no sólo alcanzó un Grammy, sino que heredó a la historia temas como “When Doves Cry”, y “Let’s Go Crazy”, mismos que se convirtieron en éxitos en el mundo, y lo posicionaron como una súper estrella que deja 46 discos a la música y el entretenimiento.
“For You”, “Prince”, “Lovesexy”, “Graffiti Bridge”, “1-800 New Funk”, “Diamonds and Pearls”, “Come”, “The Gold Experience”, “Chaos and Disorder”, “Newpower Soul”, “The Rainbow Children”, “Xpectation”, “C-Note”, “The Cocolate Invasion”, “Musicology”, “Planet Earth”, “Indigo Night”, “Plectrumelectrum”, “Art Official Age”, y “Hit n Run”, son algunos de los títulos destacados en la carrera artística del desaparecido músico, en cuyos últimos años fue ingresado al Salón de la Fama del Rock and Roll en Estados Unidos, y al Salón de la Fama de la Música en Inglaterra.
Entre sus últimos éxitos se encuentra “The Song of the Heart”, que grabó para la película animada “Happy Feet”. Para la historia también quedará su presentación en el medio tiempo del Súper Tazón XLI (2007), la cual generó gran expectación.
Siempre a la vanguardia, y causando polémica en la industria de la música y el entretenimiento, Prince regaló en 2007 su álbum “Planet Earth” en la edición dominical de un periódico inglés, justo antes de que oficialmente saliera a la venta en las tiendas, y también lo regaló en los conciertos de su gira “Planet Earth” que desarrolló únicamente en Londres, durante un mes y medio.
Los éxitos que se recordarán de Prince son: “Purple Rain”, su gran clásico, una balada que fusiona rock, pop y esencia de la música negra, y que grabó en vivo en un club de Minneapolis; “Kiss”, una pieza sonora de su peculiar mezcla pop funk; “When Doves Cry” de su mágica época de los 80s; “Raspberry Beret”, con la que marcó su evolución hacia un pop más universal, sin perder el estilo funk que lo caracterizó; y “1999”, peculiar por su sonido Minneapolis que configuró él mismo, y que fue considerada la canción 215 de las mejores 500 de todos los tiempos, según la revista Rolling Stone. (Con información de Roberto A. Partida Sandoval)