Dichoz y Hechoz
La tarde-noche del 18 de octubre de 2013, mientras celebraba su cumpleaños número 63, Francisco Rafael Arellano Félix fue abatido a balazos por un hombre que entró vestido de payaso a la fiesta en la que tocaba una banda. Entonces y ahora se sabe que “El Payaso” (sí, ese es su apodo) es un sicario que utiliza mucho el Cártel de Sinaloa, que radica en aquel Estado y que además de las ejecuciones en su entidad, es requerido para operativos homicidas en Baja California y Baja California Sur, según han detectado investigadores bajacalifornianos. De hecho, “El Payaso” está en la mira de las corporaciones de Baja California por su participación en la balacera del palenque Póker de Ensenada, perpetrada la noche del 23 de enero de 2016, en la que asesinaron a cuatro personas -incluidos dos menores de edad- y 20 más fueron lesionadas. Como el ataque estaba planeado, al sicario lo mandaron traer de Sinaloa. En el grupo de asesinos a sueldo incluyeron a otros dos de Tijuana. Algunos que han sido detenidos por el caso, han relatado que ese día llegaron horas antes y esperaron en una casa cercana al lugar del ataque donde previo al operativo homicida estuvieron consumiendo droga. “El Payaso” que mató a Rafael Arellano en 2013, sigue impune. Y ahora asesina en Baja California, incluidos dos menores. La Procuraduría General de la República no sabe siquiera el nombre del mercenario que sirve a la organización criminal que comanda Ismael “El Mayo” Zambada. En la Procuraduría local, menos. Impunidad total, al asesino.
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