Como el personaje bastante digamos que “punzante” de la tira de cómics, el protagonista de esto que seguramente será la primera entrega de muchas es todo lo que un anti-héroe debe ser: vulgar, sádico, hechizo y, en esa medida, puede tener todo lo que buena parte del público de hoy, acostumbrado a esta oferta, busca cuando va al cine.
En otras palabras, cuando lo marginal está de moda estas son las películas que se producen y pegan como si se tratase de un mal ejemplo de los guardianes de la galaxia llevado al extremo, con una, otra y otra referencia a los genitales de amigos y enemigos en la punta de la lengua de “Deadpool”, un ex agente de fuerzas especiales convertido en mercenario que después de recibir un diagnóstico de cáncer terminal cae en las manos de Ajax, quien lo tortura y lo somete a espeluznantes tratamientos químicos para convertirlo en un súper criminal al que pretende esclavizar.
Cuando primero vimos a Ryan Reynolds como Wade Wilson fue en la cinta “X-Men Origins Wolverine” en 2009, pero nada que ver con la cancha libre que ahora tuvo para desarrollarse plenamente como otro de los personajes de Marvel Comics con todas las profanidades que el rol requiere.
Basta decir que Wade es todo un caso, y así se enamora de una escort llamada Vanessa (Morena Baccarin) que parece conquistarlo por su facilidad de palabra, vaya. El romance es tórrido y justo cuando la pareja se compromete con un anillo de dulce, él se enferma y las consecuencias son fatales, entonces mejor desaparece.
El resultado para Wade es físicamente desastroso, su rostro queda desfigurado y por eso se ve obligado a confeccionarse un traje -máscara incluida-, aunque a cambio aparentemente es indestructible.
Ajax -o Francis, como Wade lo nombra- supuestamente tiene la manera de devolverle las bondades de su rostro, por lo que entonces Deadpool se dedica a rastrearlo, para ver si así puede algún día volver a encontrarse con Vanessa, su amor carnal.
A este molesto anti-héroe de los anti-héroes se le unen el metálico Colossus, con su acentote ruso, y Negasonic Teenage Warhead, o mejor dicho, una mutante adolescente que se roba el clímax del largometraje.
En el ínter hay momentos chistosos, buenos diálogos, clichés que funcionan de alguna manera, un sarcasmo facilón y mucha violencia casi rayando el gore, pero bueno, es la fórmula que funciona y el director Tim Miller lo entendió muy bien.
Para adultos irreverentes, aburridos de todo menos de esto, ésta es la mejor opción, pero definitivamente no lleven a sus hijos, cuando se dice que “Deadpool” es un anti-héroe esto va en serio. ***
Punto final.- “The Witch”, o bien, “La Bruja”… qué experiencia, Sundance tiene razón.