No, no es campaña negra en contra de Rosana Soto Agüero, candidata a diputada federal del PRI-PVEM en el Distrito 8. No, nada de eso. Más bien, se trata de una de sus estrategias de propaganda: una hinchada y bastante salerosa botarga. Uno de sus brigadistas hombre se viste, con el compromiso de no hablar, con el abotagado traje. Saluda, baila y posa para las fotos que convierten sus mítines en un Disneyland bastante decadente.