20.2 C
Tijuana
lunes, mayo 6, 2024
Publicidad

Volver a verte

Cada vez que el destino y mi camino nos llevan a algún encuentro casual, los recuerdos vuelven a mi mente y mi corazón palpita a ritmo diferente. Cada vez que el color de tus ojos y el ondulado de tu pelo atrapan mi atención vuelvo a alimentar la ilusión. Cada vez que el aroma de tu cuerpo penetra en mis sentidos renace la pasión perdida y dejada en el olvido. Hay amores que son para siempre, tú eres de esos amores, lástima que escogiste otra vida y a otra gente, pero siempre estás en mi mente, sin pensar en las ofensas ni traiciones, sin revivir viejos enconos y rencores, cual si la vida empezara en el momento en que estás presente, cuando mi mirada capta tu figura en la distancia entre aquellos a quienes brindas tus amores y quereres, cuando tu silueta se refleja en las sombras del pasado y resurgen los momentos que estuviste a mi lado, el tiempo pasa lento, como si no quisieran transcurrir los minutos y las hora dejaran de existir, permaneciendo estático ante la figura de quien tanto se quiso y hoy es sólo el amargo pasado de una etapa de mi vida que se niega a terminar y pasar a formar parte de mi historia en el olvido. Volver a verte siempre resulta inquietante, las heridas sangran de nuevo pero el amor no muere, simplemente se adormece hasta el siguiente encuentro fortuito que el destino nos depare, y de nuevo te conviertes en el ave Fénix de mis frustraciones y lamentos. Mueres y renaces en cada mirada, en cada recuerdo, en cada trozo de vida desgarrada desde tu abrupta y cruel partida. Eres el estigma que surge y se presenta en cada encuentro esporádico, en cada canción de tu repertorio, en cada frase de tu folclórico lenguaje, en cada marca de tu piel tatuada en mi mente y en mi corazón. El destino es cruel y extraño, mientras más nos alejamos más cerca nos encontramos, no te busco ni me buscas, es la vida misma la que se empeña en mantenernos unidos, ni el tiempo ni los amores pasajeros han logrado mantener la distancia entre nosotros, ni los odios ni intrigas han conseguido romper el lazo invisible que nos une y aprisiona en esta relación masoquista que nos daña y atormenta, pero que alimenta nuestras almas, y no podemos concluir. Pasan los días, meses y años y permanecemos en esta extraña unión, con un pasado tortuoso, un presente inexistente y un futuro incierto, pero que la vida se empecina en mantener juntos. Cada día que inicia me propongo el reto de ser feliz, pero mis propósitos se truncan cuando mis pasos recorren los caminos que tú ya transitaste, cuando mi mirada se posa en los objetos que tú también miraste, cuando mis manos tocan lo que tú en su momento acariciaste, y de nuevo caigo en el círculo vicioso del recuerdo trágico de nuestra vida y dolorosa despedida. Quizás esta existencia paralela entre nosotros algún día termine, o bien la muerte se encargará de recordarnos que nada es para siempre, pero mientras tanto seguiremos la misma ruta, el mismo tiempo, el mismo espacio y el mismo destino. Nos iluminará el mismo sol, nos cautivará la misma luna, lloraremos bajo el mismo cielo y le rezaremos al mismo dios. Jamás volveremos a estar juntos, pero nunca podremos vivir separados, lo que nos separa es lo mismo que nos une, lo que odiamos es lo mismo que amamos, por lo que reímos es lo mismo que por lo que lloramos. Y así continuaremos, esperando que el destino nos depare un nuevo encuentro y una nueva despedida, un nuevo dolor y una vieja alegría. Nada nos puede unir, pero nada nos puede separar, el tiempo seguirá su marcha y nosotros lo acompañaremos, solo mirándonos y sin tocarnos, pero con la plena conciencia de que seguimos por la misma ruta que el destino nos ha trazado, cada quien por su camino y por su lado… que es el mismo camino y el mismo lado. Hoy me tocó verte, hoy me tocó sufrirte, hoy me tocó quererte. Siempre estaré contigo y siempre estarás conmigo, no importa la distancia ni el tiempo, no importan las condiciones ni el momento. Sólo importa que aún estamos y siempre seremos los mismos que un día nos amamos, sólo importa que el destino continúe con su cruel cometido de mantenernos unidos aun cuando siempre estamos separados. No hay nada más cruel y despiadado en esta vida, que querer estar donde no puedes estar, querer amar a quien no debes amar, querer vivir lo que no te toca vivir, querer ser lo que no te corresponde ser… y querer tener a quien jamás podrás tener. Hoy me tocó verte, y como siempre que sucede entre tú y yo en los últimos años, revivimos el pasado, recordamos viejos tiempos, nos miramos sin hablarnos, y reafirmamos nuestro pacto de nunca olvidarnos y jamás volvernos a amar. JAVEPA Correo: ingjuanvega@hotmail.com


Publicidad


Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas