Por tortura, abuso de autoridad y falsedad ante autoridades, Hugo Alfonso Álvarez Flores, detenido, señalado y exhibido como el asesino del oficial Juan Gualberto Jáuregui Ruvalcaba, interpuso una denuncia contra los policías municipales Pablo Quiroz Hernández y Julio César Oliva Rangel. El joven fue puesto en libertad, la noche del 23 de mayo, después de haber sido detenido el miércoles 20 de mayo, horas después de que asesinaran al oficial municipal frente a su casa en la colonia Mariano Matamoros en Tijuana. Para informar de la detención del presunto responsable del delito, la Secretaría de Seguridad Pública Municipal (SSPM), envió un comunicado en el cual detallaba “circulando por las calles Ignacio Allende lateral con Tlatelolco en el Fraccionamiento Mariano Matamoros distrito La Presa se localizó a Hernández Flores quien arrojó al suelo basura y fue interceptado, en la revisión precautoria le fue localizado un frasco de plástico color blanco con 15 envoltorios de cristal”. No obstante, tanto el joven como su abogado Gabriel González Cestino, sostienen que la detención se realizó mientras él dormía en la casa de su novia, el miércoles 20 de mayo, alrededor de las 8:00 de la mañana. De acuerdo al parte informativo de los oficiales, “en la entrevista preventiva con el involucrado el (sic) reconoció de viva voz que ese mismo día alrededor de las 5 de la mañana había asesinado a una persona y llevó a los oficiales al sitio donde cometió el crimen y los llevó también al lugar donde había ocultado el arma homicida”. Tras la liberación del joven, la SSPM emitió un nuevo comunicado en el cual ya no sostiene los detalles de la detención de Hernández Flores, solo expresa su confianza en sus oficiales “porque desde el siguiente minuto en que sucedió este cobarde crimen se avocaron a un operativo de localización del presunto responsable”. A diferencia de sus primeras declaraciones, la Secretaría hace mención de “dos valiosos testimonios que se presentaron ante los oficiales en la Clínica 1 del Seguro Social, y que manifestaron haber visto a Hugo Alfonso Álvarez Flores en esas horas de la mañana, corriendo cerca del lugar de los hechos y despojándose de sus ropas”. “El miércoles en la mañana, estaba dormido en casa de mi novia. Llegan unos oficiales y me agarran y me dicen que yo había cometido un delito donde había matado a un oficial y yo les decía que no tenía nada que ver ahí. Me empiezan a pegar y golpear, me esposan y me avientan del segundo piso desde una altura de dos o tres metros”, detalló Hugo Alfonso Álvarez Flores en entrevista telefónica, momentos después de su liberación. De acuerdo a Hernández Flores, él se dedica a la albanilería desde los 10 años de edad y actualmente trabaja como ayudante de albañil cerca del crucero de la 5 y 10 en Tijuana. “Me pegan, me ponen la bolsa, me torturan y me suben a la patrulla. Me ponen la chicharra (arma de descargas eléctricas) y me llevan al lugar donde ocurrieron los hechos. De ahí me llevan a la delegación Villa Fontana, donde me ponen la bolsa y me vuelven a torturar, me ponen la chicharra en la panza y me golpean en el cuerpo. Eran como cinco oficiales o seis. Me decían que yo tenía que echarme la culpa de haber matado al oficial, me dijeron 'si no, te vamos llevar a la cárcel'”, relató el joven. Al respecto, la SSPM sostiene “en ningún momento el detenido fue coaccionado para forzarlo a declarar o dar testimonio en ningún sentido”. El abogado González Celestino explicó, además, que la esposa del oficial se encuentra presa en la Penitenciaría de Tijuana, junto a un hombre identificado como “su amante”. “La esposa del policía confesó que ella lo mandó matar, que le dijo al amante que cobraría tres seguros de vida, cada uno de un milón de pesos. El juez determinó que la esposa le había dicho que el amante lo había mandado matar, por lo que no había elementos para consignarlo (a Hernández Flores) por el delito de homicidio”, dijo en entrevista. Mientras tanto, bajo la averiguación previa 3311/2015/206, los oficiales Pablo Quiroz Hernández y Julio César Oliva Rangel, así como el juez municipal Martín Armenta, quien puso en disposición al joven como responsable del homicidio ante el Ministerio Público.
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