La celebración de la primera misa en la parte baja del Río Colorado, está documentada por el historiador Georges Chavez, gracias a otros investigadores como Herbert Bolton (1908). Todos concurren en los Diarios militares o eclesiásticos del padre fray Francisco de Escobar, y los relatos memorables de los frailes franciscanos Alonso de Benavides, Agustín de Betancourt, y del padre Gerónimo de Zárate Salmerón.