13.3 C
Tijuana
jueves, febrero 15, 2024
Publicidad

Una fotografía de 160: Los Franciscanos en el Río Colorado

* Río de la Buena Esperanza le llamaron.

* 1540, Alarcón Evangeliza a los Quechans.


Publicidad


* Más de 30 mil almas, dice el P. Escobar.

 

 


Publicidad

 


 

 

 

La celebración de la primera misa en la parte baja del Río Colorado, está documentada por el historiador Georges Chavez, gracias a otros investigadores como Herbert Bolton (1908). Todos concurren en los Diarios militares o eclesiásticos del padre fray Francisco de Escobar, y los relatos memorables de los frailes franciscanos Alonso de Benavides, Agustín de Betancourt, y del padre Gerónimo de Zárate Salmerón.

Georges Chavez observó la cita en Puerto Isabel del profesor Federico Iglesias Serafín, y de ahí se concentró en el tema de la Primera Misa en el Río Colorado un 25 de enero de 1605, ya hace cuatrocientos dieciséis años.

En una travesía de 7 meses, el zacatecano de Pánuco, gobernador de Nuevo México, “El Adelantado” Juan de Oñate, acompañado de treinta soldados jóvenes y tres franciscanos, a nombre del Rey de España toman “posesión” de estas tierras (los ahora valles de Mexicali-San Luis).

Foto: Cortesía/La celebración de la primera misa en la parte baja del Río Colorado, está documentada por el historiador Georges Chavez, gracias a otros investigadores como Herbert Bolton (1908).

La humanidad encontrará en esta región del Noroeste de México abundantes cosas hermosas, zona mundial: Arizona, Baja California, Sonora y California. Hace 2500 a 4000 mil años, la gente de esta región dependía como hoy del agua del Río Colorado, “El Nilo de Norteamérica”.

El Diario o Relación de Fray Francisco de Escobar, que generosamente comparten en internet el Proyecto Cibola de la universidad californiana de Berkeley (California Digital Library) y de España: el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; y el admirable Archivo General de Indias de Sevilla. Consúltelo usted directamente en el permalink: http://escolarship.org/uc/item/1t41z1jz de la autoría de Nicole Caso, Marina Crouse, Michael Heather y otros.

La relación o Crónica del padre Escobar es una fotografía de 1605. Siempre habrá que agradecer a la Universidad de Berkeley y al Archivo de Indias de Sevilla, España, por conservar esta imagen de ya 416 años, firmada por testigos de aquella expedición a esta región de la tierra. Visionario Juan de Oñate, los frailes franciscanos y los soldados que plasmaron estas descripciones que nos revelan la realidad histórica, presente hoy en buena medida.

La primera misa en el Río Colorado la concelebró el sacerdote franciscano Francisco de Escobar, en Villa Koipal, hoy ejido El Doctor, municipio de san Luis Río Colorado, Sonora. Teniendo como escenario las imponentes sierras cucapah-indígenas, San Pedro Mártir y de Juárez, con el imponente cauce del que llamaron Río de la Buena Esperanza (Colorado).

Aquí el relato del padre Escobar: “De estas provincias del Nuevo México salió el gobernador y adelantado de ella Juan de Oñate, a siete de octubre del año de mil y seiscientos y cuatro, con treinta soldados en descubrimiento del Mar del Sur o golfo de California en cuya compañía fui yo, siendo comisario de los religiosos que están en dichas provincias; habiendo caminado cincuenta leguas (una legua equivale a 4.8 kilómetros), casi hacia el poniente llegamos a la provincia de Quñi [sic], que tiene sus pueblos, los cuatro de ellos casi destruidos aunque poblados todos”.

Quien ha visitado los cañones del Tahoe, de Guadalupe o De la Mora; el río Hardy, Cerro Prieto, la sierra Cucapah, las rancherías de Yuma, Somerton, Gadsden, San Luis; y los valles mexicanos de Mexicali-San Luis, se admirará al leer el relato del franciscano sacerdote Escobar (con fecha de octubre de 1605) cuando regresó al Nuevo México.

“Dos leguas más delante de esta -Agalle- vimos otra población llamada Cocapa (Cucapah), llega hasta la mar o hasta donde llega el agua salada que entra del mar en el río que serán cuatro o cinco leguas.

Foto: Cortesía

“Después de haber pasado todas estas naciones, poblaciones o rancherías de las cuales fuimos con mucha afabilidad y alegría recibidos, dándonos en todas ellas maíz, frijoles, calabazas -no mucho de todo-, ni conforme a la multitud de gente, ni a lo que habíamos menester hasta volver a la provincia de Moqui, pues, fue necesario comerse siete u ocho caballos antes que allegásemos a ella. Cuando volvíamos el día de la conversión del glorioso apóstol san Pablo, llegamos con mucha alegría a la mar del Golfo de la California donde vimos, según afirmaron hombres de mar, la más famosa valla o puerto que todos ellos habían visto, que llamamos de la Conversión por haberse descubierto ese día (25 de enero), la cual hace el río de Buena Esperanza (río Colorado) entrando en la mar con tres o cuatro leguas, según afirmaron hombres de mar que conmigo lo vieron”.  (Fr. Francisco de Escobar, 25 de octubre de 1605, Relación de su viaje a la Mar del Sur o Golfo de California) (Textos e imágenes: Alberto de la Hoya)

 

Germán Orozco Mora reside en Mexicali.

 Correo: saeta87@gmail.com

Autor(a)

- Publicidad -spot_img

Puede interesarte

-Publicidad -

Notas recientes

-Publicidad -

Destacadas