Hugo Torres no se conformaba con expresar su inquietud por un problema de la población o de a quienes apreciaba, sino que ponía manos a la obra para buscar una solución y perseveraba hasta que la situación quedaba resuelta o al menos en el rumbo correcto.
En el plano institucional, mi primer acercamiento fue en 1989, cuando siendo Jefe de la Defensoría de Oficio, supervisé tareas que se hacían en Rosarito, a cargo del único Defensor con que contábamos allí.
El emblemático inmueble ubicado sobre el Boulevard Benito Juárez en Zona Centro de Playas de Rosarito da paso al festejo de su centenario como receptor y organizador turístico