Intimando con complicidad y respeto en el universo áspero -como su voz- del cantautor español Joaquín Sabina, retratándole a centímetros, sin guion, acompañándole en la risa y el drama entre cigarros, whisky y tequila, el 24 veces ganador del Goya, Fernando León de Aranoa, estrenó el documental que lleva el título de la última canción del poeta de Úbeda (Jaén), a quien escoltó durante 13 años dentro y fuera de los escenarios