“Sólo tomé una cerveza y dije que me iba, en eso llegó un muchacho que trabaja en el lugar, sólo lo conocía de vista, no me dio la impresión de que fuera una mala persona. Llegó cuando me estaba retirando, se ofreció a acompañarme a mi domicilio, que es muy cercano al lugar en donde convivía con mi amiga.