El poeta palestino Samer Abu Hawwash se pronunció en FIL Guadalajara contra el genocidio en Palestina: “La violencia que ejerce Israel, el genocidio, es algo que ocurre cada cuantas generaciones y nosotros tenemos la mala suerte que nos tocó ser testigos de este genocidio”
El desenlace final se desarrolla en el campo de batalla de la información. Los próximos meses y años marcan la lucha más crítica por la verdad en la historia del conflicto.
Los aliados de Israel en todo el mundo se esfuerzan desesperadamente por ayudar a Tel Aviv a restablecer una narrativa convincente, no sólo con respecto al genocidio en Gaza, sino a todo el legado del colonialismo israelí en Palestina y Medio Oriente.
Euro-Med Monitor, registra cuántos cadáveres presentaban indicios claros de extracción de órganos, incluyendo la desaparición de cócleas y córneas, así como corazones, riñones e hígados. Desde entonces, la entidad sionista ha revelado cifras simbólicas de palestinos asesinados a intervalos intermitentes a sus familiares supervivientes.
Los planes para construir un lujoso resort turístico internacional en la Franja de Gaza son el ejemplo más repugnante de inhumanidad y violaciones de derechos humanos resultantes de la degradación perversa del llamado "mundo occidental", u "Occidente colectivo", que afirma ser el guardián de "nuestra civilización".
Las hostilidades siguen causando bajas en refugios, escuelas, edificios residenciales, instalaciones de salud y personas que buscan ayuda. Las organizaciones humanitarias destacan condiciones deplorables en los sitios de desplazamiento.
En 1948 nace el estado de Israel en la antigua tierra de Judea y Samaria, donde los judíos habían vivido por siglos y de donde fueron expulsados por Tito Flavio Vespasiano y el imperio romano después de la destrucción de Jerusalén. La segunda guerra mundial propició una emigración importante de judíos a Israel que eran los restos de los torturados en los campos de concentración.
Este engaño mortal es de proporciones tan monumentales que cuesta asimilar la horrorosa realidad que presenta. Intentar calificar estos crímenes como “golpes defensivos” es una ofensa a la razón.
Éste es el final. El último capítulo ensangrentado del genocidio. Pronto terminará. Semanas. Dos meses como máximo. Dos millones de personas acampan entre escombros o a la intemperie. Cada día, decenas mueren o son heridos por bombas, misiles, drones y balas israelíes.
Mientras la gente esperaba fuera del centro de ayuda en las primeras horas de la mañana, siguiendo las instrucciones de los empleados estadounidenses, testigos describieron un dron cuadricóptero israelí sobrevolando la zona y ordenándoles por altavoz que entraran al área cercada a las 6:00 a.m.