...la misma ley estipula una clara diferencia entre frente y coalición, dado que la primera refiere a la unión de los partidos políticos para alcanzar objetivos políticos y sociales, siempre que no sean de índole electoral. Mientras, una coalición, como lo hemos especificado antes, responde a la necesidad o conveniencia de sumar fuerzas durante el proceso electoral vigente.
Lo fundamental es dimensionar el gran valor que tiene nuestra participación, pues, además de las campañas electorales, es necesario participar permanentemente en los asuntos de la agenda pública local y nacional.
Para lograr esos tres pilares que caracterizan y dan razón a la política, se han creado diversas formas de gobierno en el mundo. A lo largo del tiempo, con experiencias gratas y otras no tanto, ha quedado de manifiesto cuáles han resultado más convenientes para la sociedad.
El Senado fue una figura emblemática para los romanos, desde el siglo VIII antes de Cristo hasta el siglo VI de la nueva era. Atravesando distintas formas de gobierno: imperio, república, alto imperio y bajo imperio.
Nuestra más grande responsabilidad legal y moral, desde la más discreta hasta la más pública de las trincheras, es continuar preparándonos para la elección de 2024, cada vez con más ímpetu y menos pifias.
Recientemente dio inicio el proceso electoral federal 2023-2024. En poco más de un mes habrán de arrancar los procesos locales, como es el caso de Baja California. Afortunadamente, las únicas precampañas procaces (por no decir: “descaradas”) se están dando entre las dos coaliciones de facto y a nivel presidencial.
Tijuana es la frontera más visitada; además, se encuentra entre las cinco principales urbes de nuestro país. Su fundación virtual data de 1889, es decir, lleva apenas 134 años a cuestas y ya “se habla de tú”, con ciudades que nacieron 300 años antes.
La magia no sólo es sacar un conejo de un sombrero o partir a una persona en una caja. Aunque don Andrés Manuel López Obrador sí haya dividido a la sociedad mexicana, polarizando, además de ideas, emociones; pero esa es harina de otro costal.
Como diría el exconsejero presidente del Instituto Federal Electoral (hoy INE), José Woldenberg, se trata de una “jugarreta indigna”. Así, muchos confundimos el amor con el apego o la dependencia. Uno que otro aplicaría el “pégame, pero no me dejes”. Una relación que antes llamarían “amor apache”, hoy es una “relación tóxica”.
De un tiempo para acá, lo atípico ha adquirido gran presencia en nuestra cotidianidad. Se han roto muchos moldes en la política, en la democracia y en la sociedad en general. Eso habla de la pluralidad que ha alcanzado un gran país llamado México.