Don Francisco vivía en Barcelona. Hace unas semanas tocaron a la puerta de su casa. Le dejaron un citatorio. Debería presentarse a consulta con el reumatólogo. Hospital Vall d’Hebron. Ocho de enero 2004. Sin falta a las 9:15 de la mañana. El mensaje resaltó la frase: “Por estar en lista de espera”. Pero tal notificación causó retortijones de coraje a la familia. Por poco y se les derrama la bilis.