Imposible olvidar al “año viejo”. Y no me refiero a la popular canción del mismo nombre, compuesta por el colombiano Crescencio Salcedo y grabada originalmente en 1953 por Tony Camargo, pues a ellos, de perdida, les dejó cosas muy buenas: una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra.