Aunque originalmente basado en el cuento “The Forbidden”, de Clive Barker, que ubicaba los macabros hechos en Liverpool, cuando Bernard Rose trasladó esta historia a Chicago dejó cabos sueltos, que tuvo a bien Nia DaCosta para retomar en esta secuela que tal vez no sea tan terrorífica como la original, pero agrega más elementos a la narrativa, que definitivamente no salen sobrando.