En una despejada, abandonada pero muy céntrica calle del Centro de Tijuana, la 5 de Mayo entre primera y segunda, muy temprano el lunes 4 de noviembre, paseantes a pie y en vehículos fueron testigos de una terrible escena: sobre la calle sucia, entre basura y residuos de cristales de autos robados o saqueados, en dos camionetas de no tan reciente modelo, pero llamativas -una verde y otra en color oscuro-, cuatro hombres descargaban a la vista de todos y sin remilgos, armas largas.