Mientras al interior de la Fiscalía General del Estado, elementos denuncian de manera anónima para no sufrir las consecuencias, la corrupción que impera entre mandos y grupos del crimen organizado, así como quienes operan maquinitas en BC o tiendas de venta de vapeadores, a quienes les cobran cada semana por dejarlos operar, la fiscal general María Elena Andrade, quien ha decidido ignorar los señalamientos y las denuncias públicas, muy al modo de la gobernadora y las redes sociales, presume en sus cuentas lo a gusto que se la pasa… en el mar.