En 1998, un año después del reportaje del Courant, las víctimas iniciaron una demanda canónica formal en contra de Marcial Maciel ante la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde el caso permaneció estancado hasta la muerte de Juan Pablo II, condenado en 2006 a llevar una vida de “penitencia y oración”, Maciel murió en 2008.