Después de algunas compras en Walmart, salí y fui caminando al estacionamiento. Busqué las llaves de mi auto. No estaban en las bolsas de mi pantalón. Una búsqueda rápida en la tienda, y nadie las había visto o encontrado.
Mientras que en México y sus estados fingen, proclaman y legislaron para sus fiscalías una independencia de papel y de mentira, que se ha ridiculizado en los últimos dos meses, a partir de las remociones de seis fiscales supuestamente “autónomos” por los gobernadores electos que tomaron posesión en noviembre.
El contratito que Bonilla defiende con mucho ahínco, es de 44.3 mil millones de pesos, con un consorcio de empresas, y endeuda a la administración de Baja California por los siguientes 30 años. Además, en caso de cancelarse, firmaron un abusivo contrato que “obliga” a la administración estatal de Marina del Pilar Ávila Olmeda, a pagar unos certificados de inversión por 6 mil millones de pesos.
Al que rápido se le acabó el corrido, es al siempre oportunista Miguel Ángel Badiola, quien de ser el publirrelacionista del casinero y ex reo de El Hongo, Jorge Hank Rhon, pasó a tener un cargo de cuarta en la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) y de ahí fue rescatado por el entonces fiscal general del Estado, Guillermo Ruiz Hernández, quien lo nombró director de Relaciones Públicas.
La medida anunciada por Hacienda para reducir el costo financiero de la deuda de Petróleos Mexicanos, calculada en 113 mil millones de dólares, contrasta con la adquisición de la refinería Deer Park, por la que Pemex pagará más del doble de lo que originalmente se anunció.
Ante la falta de acciones concretas, pareciera que la administración encabezada por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila Olmeda, no tiene interés suficiente en responsabilizar a los funcionarios del bienio del ex mandatario y compañero morenista, Jaime Bonilla Valdez, de las irregularidades perpetradas, las cuales dejaron el erario mermado.
Muy tarde se la he hecho al ex gobernador Jaime Bonilla Valdez, para aceptar el trabajo que le ha ofrecido el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a partir de que, finalmente, terminó su bienio en octubre
Los excesos del fiscal Guillermo Ruiz Hernández fueron evidentes en los dos años de su gestión, pues hizo lo que quiso con el presupuesto, sin importar el destino que -en teoría- debería darse al recurso.