La coincidencia de la obra de Shakespeare con la realidad de los Mueller es gracias al ingenio de O'Sullivan para desarrollar la premisa y llevarla a su desenlace con un extraordinario trabajo de los Kupferer, padre e hija en la vida real.
Esa cotidianidad que pende de un hilo da tremendo vuelco cuando la abuela muere y al poco tiempo su padre vuelve a casa, después de haber estado en prisión. No se nos dice el delito que cometió, pero es obvio que no se reformó.
El intrépido personaje que fue tan popular a finales de los 90 vuelve a hacer de las suyas, ahora con Lydia Deets (Winona Ryder) ya como madre de Astrid (Jenna Ortega), una adolescente que vuelve a Winter River tras la muerte repentina de Clive, devorado por un tiburón.