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sábado, octubre 12, 2024
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Murubes en México

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La familia Hernández, a través de sus hijos Sergio y Francisco, viajó a España y le compró a Pedro Gutiérrez Moya “El Niño de la Capea” –quien tiene una ganadería formada con sangre selecta de Murubes- varias pajuelas para inseminar a las vacas y abrir las líneas, asegurando con ello el crecimiento de las familias que ahora mismo son trece, pues de los 16 astados que llegaron en 1997, ahora hay 64, obedeciendo a un infructuoso proyecto genético. El ambicioso plan que ilusiona a Sergio Hernández, consiste en cruzar en ambos sentidos las tres líneas de Saltillo que actualmente hay en Rancho Seco, de divisa caña y rojo;  una vez que creció el ganado, lo pusieron a padrear toros mexicanos con vacas “mururbeñas” y santa colomeñas. Hoy los ingredientes están a la vista, rodeada de anhelos y sueños, pero solamente el tiempo, paciencia y trabajo al lado de sus hijos, serán la clave para encontrar el equilibro perfecto que pueda devolver a México, la posibilidad de admirar la lidia de los “murubes” de épocas pasadas, y de canalizar una apasionante vocación mediante un concepto muy válido de bravura. Durante los años de 1940 y 1950 la sangre española de “Murube” ocupó un  destacado lugar en la ganadería mexicana, que fue la importación de varios ejemplares de dicha procedencia en 1938 y 1945, respectivamente, que significó clamorosos triunfos para las ganaderías de Pastejé, Zacatepec y Rancho Seco. En cada una de ellas, la sangre “murubeña” dio un toque de distinción en medio del encaste “saltillo” tan extendido. En estas tres casas se hicieron cruzas con dos ramas distinguidas de “saltillos” que dieron buenos dividendos, sin embargo, el hecho de no haber podido conservar pura la sangre, debido a la sencilla razón de que nunca vinieron hembras, ocasionó que el vigor genético de los “murubes” se diluyera paulatinamente hasta ver muy reducidos sus porcentajes. En su momento, Sergio Hernández González, propietario de Rancho Seco, trajo vacas con el hierro de Bohórquez con la intención de imprimir un sello especial a sus animales, convencido de una concepción muy estricta de bravura, emprendiendo así la esperanzadora búsqueda de un animal bravo con personalidad que brinde variedad al espectáculo. Se trata de una sólida aspiración a largo plazo que quiere alcanzar con “piaras” de Santa Coloma. Los cinco sementales de Murube dejaron una descendencia de 30 hembras y 44 machos, escogiéndose seis para la presentación de la ganadería en un mano a mano entre Fermín Espinosa “Armillita Chico”, que cuajó a “Clarinero”, y su ahijado Silverio Pérez “El Faraón de Texcoco”, quien inmortalizó a “Tanguito”, faena  relevante del Siglo XX.  “Tanguito” fue bravo, tuvo tranco, emotividad y no tuvo mella una “vuelta de campana” que se dio por humillar tanto. El clímax de Pastejé se desarrolló el miércoles 11 de diciembre de 1946. arruzina@gmail.com

En los puños del gobernador

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El primer gobernador electo en el periodo peñanietista de México, hubo de ser del PAN y de Baja California. Igual que hace 25 años, el primer gobernador de la oposición a quien se le reconocía el triunfo en un estado y en el primer año de gobierno de Carlos Salinas, fue también un panista y bajacaliforniano, Ernesto Ruffo Appel. Hipótesis hay varias sobre el triunfo en julio de 2013 de Francisco Arturo Vega de Lamadrid, candidato que fue del PAN al gobierno de Baja California y que ganó un trivial proceso para que en la boleta electoral apareciere también su apodo, Kiko. Hay quienes aseguran que el triunfo del panista en la Baja fue producto del Pacto por México, ya sabe, la voluntad de Gustavo Madero y sus legisladores federales, a cambio de “permitirles” retener la Baja California; otros piensan que la promiscua alianza política entre Francisco Vega y Jorge Hank, para derribar al candidato del partido de éste último, el PRI, Fernando Castro Trenti, fue lo que dio resultado. Pocos consideran como seria la teoría que los bajacalifornianos votaron a favor del PAN y contra el PRI. O a favor de Vega y contra Castro. Total, seis años más de lo mismo. El PAN-Gobierno enquistado en la estructura estatal del Estado 29 de la República Mexicana. Francisco Vega es de esos políticos que no coincidieron en el círculo de Felipe Calderón, lo suyo realmente es el santiagocreelismo y por eso apoya a Madero y no a Ernesto Cordero en la sucia lucha interna por el poder político nacional del PAN. Bueno dentro de una semana, Vega de Lamadrid cumplirá seis meses al frente del Gobierno de Baja California, y llega en las peores condiciones, o en el contexto más adverso que gobernador alguno haya tenido en inicio de administración. Por ejemplo, arriba a su primer semestre con el 16 por ciento de IVA en la frontera. Con todo y que presumió que él y Luis Videgaray, el Secretario de Hacienda eran cuatachos y habían compartido legislatura, al gobernador Vega no lo pelaron. No le escucharon sus ligeros argumentos para combatir la impositiva medida que castigó a las fronteras mexicanas. Kiko llega a sus primeros seis meses con una tasa de desempleo superior al cinco por ciento, y con más de 250 empresas cerradas a partir de la recesión económica que se vive y el incremento en los impuestos por parte del gobierno federal. La inseguridad, antes “controlada” o por lo menos a la baja durante los últimos años del sexenio anterior con la coordinación de ejército, estado y municipios, ha tenido un serio repunte que ubica la estadística en 204 ejecutados en los primeros tres meses de este año; además decomisos de armas largas que hace muchos meses no se veían por estos lados. Lo cual, a la par del descubrimiento de más narcotúneles y la disminución de decomisos de camiones cargados de droga en las ciudades de la baja, indican un nivel de impunidad preocupante, un rearmamento y una reorganización por parte de las células de narcotraficantes que en esta región del país sirven a los cárteles de Sinaloa, Arellano, Los Templarios, Nueva Generación y otros tantos. Ante la caída en el empleo, el cierre de empresas, la falta de inversiones, el alza en la inseguridad, la reorganización de los cárteles y el crecimiento en los números de la comisión de delitos, el Gobierno de Kiko Vega se desmorona. Arriba de igual manera a sus seis primeros meses de administración, con situaciones delicadas en su gabinete. Sin Secretario de Gobierno, pues a quien le confirió esa responsabilidad, Guillermo Trejo Dozal, cuenta con una orden de aprehensión emitida por un juez federal al análisis de una investigación iniciada en la misma Secretaría de Hacienda y Crédito Público, por fraude, y hubo de solicitar licencia. El Gobernador, soberbio, no ha nombrado al número dos del gobierno estatal desde el 7 de abril cuando el doctor Dozal huyó. La que por ministerio de Ley debe hacerse cargo de la Secretaría de Gobierno en tanto se nombre a otro, es la Oficial Mayor, Loreto Quintero. Pero la señora Quintero es parte de la planilla que encabeza Gustavo Madero por la dirigencia nacional del PAN, por lo tanto no es de tiempo completo, ni Oficial Mayor ni Secretaria de Gobierno en funciones, sus horas las dedica a la planeación de la campaña azul y la administración pasó a un segundo o tercer plano. El Secretario de Desarrollo Económico de Vega, vaya, también fue parte de la empresa Latino Servicios de Salud S.C., compañía investigada por Hacienda y sobre la cual se giraron órdenes de aprehensión contra ciertos miembros de su junta por fraude. Así el de Desarrollo Económico, Carlo Bonfante, tampoco goza de cabal fama pública, pero él sí sigue cobrando aun cuando poco trabajando o atrayendo inversiones que son tan necesarias. En Finanzas, el gobernador Vega ubicó a un abogado que nunca ha litigado, para la administración de los recursos estatales. Lo primero que hizo, fue solicitar una línea de crédito por arriba de los dos mil 900 millones de pesos, lo cual compromete las finanzas públicas, y les da a los panistas lana de donde cortar. Amén que no se ha cubierto el pago de maestros, se dan descuentos populistas en el servicio de agua y no se ha iniciado una sola obra urbana. Francisco Vega de Lamadrid, el gobernador del Estado 29, llega a sus primeros seis meses de gobierno, sin un Plan Estatal de Desarrollo –asegún en estos momentos lo terminan de elaborar- y por lo tanto sin directriz, ni rumbo. Enfilado al precipicio donde se encuentran los malos gobiernos, endeudados. En estas tristes condiciones, sin dinero, sin empleo, con harta inseguridad, con un gabinete mocho y con el inminente crecimiento de la deuda, el gobernador Vega todavía se defiende de lo indefendible. Cuando le preguntan por qué no ha nombrado Secretario de Gobierno –él debería presentar el Plan Estatal de Desarrollo que no han concluido-, dice que no tiene prisa, y cuando le preguntan si esa ausencia no afecta al gobierno, al menos la última ocasión, levantó las manos, cerró los puños y dijo que el gobierno “está en estas manos”. Feo el caso de nosotros los bajacalifornianos, que encima como el resto del País, de apechugar las desacertadas medidas y el centralismo del presidente Enrique Peña Nieto, nos tengamos que chutar la ligereza de quien se auto promueve como Kiko Vega, el gobernador.  

10 días de fuga (nada prudente)

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Hace exactamente diez días, el doctor Guillermo Trejo Dozal, desapareció del mapa político de Baja California. Aun cuando no renunció como debía, solicitó licencia a la confianza depositada por el gobernador del Estado, Francisco Arturo Vega de Lamadrid, para ausentarse del cargo de secretario de Gobierno que le confirió en noviembre de 2013. Con una orden de aprehensión girada en su contra por un Juez de Distrito que presume la comisión de delitos por parte del ex funcionario y otros inmiscuidos en la venta de “planes”, “paquetes”, “servicios”, “programas” (como quiera llamarlos, pero menos, “seguros”) médicos, a través de la empresa Latino Servicios de Salud, S.C., el primero en abandonar el barco del mandatario bajo la sospecha de actos delictivos fue, en efecto, su secretario de Gobierno. Descabezada la administración, ésta ha funcionado durante los últimos diez días sin el operador político número uno de Vega de Lamadrid, lo que solo puede indicar una de dos cosas, o las dos: que el secretario Trejo no trabajaba, y por ello su ausencia no se nota, o que al secretario Trejo alguien le hacía la chamba, el mismo que hoy mantiene aceitada la maquinaria gubernamental. En un dejo de soberbia política y compadrazgo, el Kiko Vega declaró hace unos días que esperaría “un tiempo prudente” a que Trejo Dozal arregle sus asuntos jurídicos, para regresarle el trabajo. La palabra prudente no significa en sí periodo de tiempo determinado alguno. En el detallado diccionario de María Moliner (por cierto uno de mis favoritos), dice así: Prudente (estar, ser) adj. Aplicado a personas, a sus actos, palabras, se aplica al que obra con prudencia. Al que previene los peligros o los evita. Cauto. Al que no comete excesos. Moderado. Al que obra con buen juicio. Sensato. Al que no dice o hace cosas que molestan o causan mal efecto a otros. Discreto. Prudencia, por otro lado, significa moderación en el comportamiento para acomodarlo a lo que es sensato, discreto o exento de peligro. Entonces, ¿qué quiso decir el gobernador? Si de ser sensato se trata, y considerando que el Gobierno del Estado es un aparato muy costoso, y además con muchos compromisos, pues Vega ya debería haber nombrado un sustituto de Trejo. Otro hombre o mujer que le ayude a gobernar Baja California, y que una vez saltados los obstáculos judiciales en los que el propio ex secretario se ubicó, pues si quiere correr al otro, que lo corra. Prudente por definición es aquel que no comete excesos, y resulta un exceso que el Gobierno del Estado de Baja California permanezca sin secretario de Gobierno por esperar a que un presunto delincuente -por lo menos para el Juez- arregle sus asuntos. Detener la dinámica gubernamental por los líos de uno, no es para nada, prudente. Actuar con buen juicio, sería enfrentar un juicio legal y no huir a la orden de aprehensión, hecho que en este caso, tampoco se desarrolla o se lleva a cabo. De Trejo poco o nada se sabe. Considerando la orden de aprehensión y el desarrollo del juicio de amparo, hay quienes aseguran que ya se encuentra en el extranjero, no tan lejos, aquí cerquita en San Diego, California; y otros que opinan que lo más prudente por parte del doctor y del propio gobernador, sería dar vuelta a la página, no esperar a nadie para continuar con la marcha del gobierno y hacer un nombramiento de  nuevo secretario a la brevedad, para dar certidumbre de una buena y comprometida administración pública. Pero al gobernador Vega de Lamadrid no lo convencen. Cuando los intereses son personales, no hay razones judiciales que alcancen. En esas condiciones, la prudencia que el mandatario refiere sería una actitud que haría falta; lo prudente no como unidad de tiempo, sino como valor, como virtud. A lo que sigue.

El Torero Masón

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Por México, el ganadero, empresario y diestro cómico Mario Moreno “Cantinflas”, llenó plazas y logró mayor fama, y que se tenga conocimiento, Bernardo Casielles Puerta, ha sido el único torero Masón de origen asturiano, más concretamente, “playo”. Nació en la Villa de Gijón el 24 de junio de 1893, debutó el 15 de agosto de 1912, al lado de “Manolete” y “Cocherito” de Bilbao. Tomó la alternativa en Oviedo el 19 de septiembre de 1920. Su padrino, “Salieri II” y  Juan Sáenz, atestiguando Juan Luis de la Rosa. Lidió con relativo éxito en Barcelona, Zaragoza, Valencia y Sevilla, hasta que se despidió una tarde de 1924. El primero de julio de 1921, en la Logia Madrileña, número 379, tras las pruebas simbólicas para iniciarse como Masón, toma el título de “Amistad”, un año más tarde se le exalta al grado de “Compañero” y, el 16 de junio de 1923, se convierte en maestro Masón. El Toreo le llama nuevamente y, tras un lapso de 1926 a 1930, reaparece en 1931 sin obtener resultados favorables, regresó a radicar a España hasta que murió el 9 de mayo de 1983. “Cantinflas” nació en la Ciudad de México el 12 de agosto de 1911, y murió el 20 de abril de 1993 en esa misma ciudad. Fue impar en la bufonería, torero de grandes pases y faenas que esquivaba con su peculiar estilo, que supo crear y forjar, codeándose con las grandes figuras y compartiendo créditos con ellos. El 6 de septiembre de 1936, Moreno se estrenó como bufo, empezando un historial de faenas inolvidables y algunas memorables inscritas en la posteridad. La ganadería Moreno Reyes, de divisa obispo y oro, se ubicaba en el rancho “La Purísima” en el Estado de México, tenía sangre pura del Marqués de Saltillo, debutó en Jiquilpán, Michoacán, con seis torsos para Rafael Rodríguez, Juan Silveti y Joaquín Bernadó, quien obtuvo dos orejas y rabo. En 1964 lidió un encierro en la Monumental Playas de Tijuana para Jorge Aguilar “El Ranchero”, Fernando de la Peña y Manuel Benítez “El Cordobés”, quien cortó un rabo. Moreno Reyes se presentó en el Toreo de Cuatro Caminos el 6 de febrero de 1966, correspondiéndole a Joselito Huerta, indultar a “Espartaco” el 11 de octubre de 1970, jugándose una novillada para Adrián Romero y Ricardo Corey. “Cantinflas” vendió la ganadería a la que imprimió pasión, afición y dedicación, personalmente se encargaba de tentar y herrar, y anotaba en su libro de tientas las características de bravura y nobleza de cada uno. Ahora los actuales propietarios son los hermanos Vega, localizándose en el rancho “El Saucito” en San Felipe, Guanajuato, portan la divisa rosa y oro, y se conserva su fecha de fundación en 1959. La Gran Logia del Valle de México, es la más importante y nutrida, opera en el Distrito Federal, Aguascalientes, Guanajuato, Guerrero, Morelos, Puebla, Tlaxcala y Zacatecas. Entre los masones distinguidos se cita a Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Lázaro Cárdenas del Río, Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Benito Juárez, y Miguel Hidalgo y Costilla. Asimismo, Vicente Guerrero, Fray Servando Teresa de Mier, Miguel Alemán, Armando Sierra Partida, Ignacio Allende, Ignacio Manuel Altamirano, Anastasio Bustamante. La misión inicial de la Logia, era ridiculizar al clero y destruir la teología católica y la predisposición de los militantes de expulsar a los españoles del territorio nacional. El General Antonio López de Santana sentó un programa que comprendía la libertad absoluta de opiniones y supresión de las leyes limitantes de la prensa, abolición de los fueros al clero y la milicia, y la abolición de la pena de muerte, entre otras restricciones.  arruzina@gmail.com

La sospecha del narco estado

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Hace unos días visité la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. Justo en la Calle Figueroa del centro de aquella californiana ciudad. Llegué invitada por Hoy Los Ángeles, el apartado de habla hispana del afamado Los Ángeles Times. Resulta que el periódico y desde hace diez años, realiza El Festival de Libros del LA Times, una feria del libro tan vasta como interesante que tiene como sedes el Museo de Historia Natural, la Universidad e instalaciones propias del Diario entre otras. Los últimos cuatro años, han agregado un área de libros en español a lo que titulan como LA Times Festival Book; y fuimos convocados para hablar de lo que sucede en México, en el tema de la inseguridad, el narcotráfico y la violencia, el periodista Alfredo Corchado, el productor de cine Pedro Cruz y la que esto escribe. El panel lo condujo la periodista peruana radicada en Los Ángeles, Patricia Arbulú, y los presentes, como se debe imaginar eran latinos residentes de aquella ciudad que concentra a más de seis millones de mexicanos. La entrevista de Patricia se centró en conocer, de viva voz de periodistas radicados en México, sobre las condiciones reales de inseguridad y violencia de este lado de la frontera. Realmente nuestros connacionales en el extranjero ven este país como un infierno en llamas. Una pregunta recurrente de la periodista y del público fue precisamente, si en las condiciones actuales podía visitarse el país sin correr el riesgo de ser ejecutado en el intento. Paisanos de estados del centro de México preocupados por lo que sucede en sus comunidades, ávidos de información sobre lo que ocurre y las condiciones de seguridad para ellos como visitantes y para sus familias como residentes. Otra marcada preocupación, a propósito del arraigo del ex Secretario de Gobierno de Michoacán, Jesús Reyna y de la detención de Feliciano Álvarez, alcalde de Cuetzala, Guerrero, fue si México no era ella gobernado por un narcoestado. No es para tanto, o no hemos llegado a esos extremos… aún, fue la respuesta rápida de Corchado y su servidora. Pero la migración de la corrupción producto del crimen organizado y el narcotráfico, de las corporaciones policíacas a las instituciones público-administrativas, no es un buen aliciente para lo que viene en el futuro.   Ciertamente no creo que México sea un narcoestado, sí se presentan sin embargo, casos como los mencionados, de funcionarios públicos y gobernantes electos, inmiscuidos en actos deshonestos con el narcotráfico. Tampoco es una novedad, ahí está por ejemplo el caso de Tomás Yarrington, quien fue gobernador de Tamaulipas de 1999 a 2004, y hace unos días en Estados Unidos dieron cabida a un testigo que acusa al ex mandatario de haber recibido sobornos de cárteles del narcotráfico como Los Zetas y el Cártel del Golfo, mientras las investigaciones en México le han deslindado de algunos delitos. O también el ejemplo de Mario Villanueva quien gobernó Quintana Roo de 1993 a 1999 y fue detenido en México, investigado y extraditado a los Estados Unidos en 2010 por cargos en aquel país de lavado de dinero. A pesar de los muchos ejemplos que hay de políticos, gobernantes y funcionarios investigados, detenidos, procesados, prófugos o ejecutados por nexos con el narcotráfico, esta desleal práctica no es una norma en México. Como tampoco es particular de un partido político la tendencia de corromperse ante el crimen organizado, el ex alcalde de Cuetzala es del PRD, Reyna es del PRI, y en Baja California ha habido narcotraficantes que acusan a ex alcaldes de Rosarito emanados del PAN, de haberles abonado dinero ilícito para la campaña política que ganaron y luego cobrar favores cuando toman posesión del cargo –por cierto ninguno de ellos en prisión-. No se puede hablar pues, aun, de un narcoestado. Sí hay harta inseguridad, mucha violencia y niveles altísimos de corrupción producto del narcotráfico y el crimen organizado, debido a que ningún presidente de los últimos, incluidos Felipe Calderón y Enrique Peña, que haya combatido la profunda corrupción en el sistema de gobierno mexicano. El narcotráfico ha tomado calles, pero aún no se hace del todo de las instituciones. Sus ánimos corruptores lo han intentado pero no lo ha logrado. No en lo general. El problema para los mexicanos, es que tenemos instituciones débiles encabezadas por políticos sin preparación ni capacidad, ni herramientas científicas, que los alejen de la corrupción y los acerquen a la impartición de justicia. Son muchos los elementos que confluyen para que en México haya impunidad, y un campo fértil para el crecimiento de las organizaciones criminales.   Ante la sospecha en el extranjero mayormente, de un narco estado en nuestro país, podemos hablar sí de corrupción, de impreparación, y de un sistema por lo tanto vulnerado y vulnerable.

Seriedad en el gobierno

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El Gobierno de Baja California, como todos, es muy costoso. El presupuesto para el ejercicio fiscal 2014 llega a los 39 mil 623 millones de pesos. La mayor parte de esos dineros, es para soportar la plantilla laboral, tanto de personal de confianza, los invitados por el gobernador, como de la burocracia estatal. Con esta condición, con la no reducción de la nómina, la ligerísima disminución de los gastos personales para funcionarios, y el abuso que hay en ciertas áreas con la utilización del presupuesto para carísimos estudios y obras y entregas de dinero con fines electoreros, queda muy poco para la realización de obra. De hecho, por ello el secretario de Infraestructura y Desarrollo Urbano, tuvo la ocurrencia de planear 120 proyectos con inversión privada y pública, a elaborar en los siguientes seis años. No hay pues, por más que sea, dinero que alcance para que la administración de Francisco Vega de Lamadrid arranque las necesarias obras que Baja California necesita. Y si a eso sumamos que ni siquiera han concluido el Plan Estatal de Desarrollo, poco o nada se sabe de la intención del mandatario -más allá de sus electoreros compromisos de campaña-, qué es lo que hará con el presupuesto que los bajacalifornianos proveen, vía ingresos propios y vía la Federación. En estas circunstancias, optimizar el recurso en proyectos efectivos y seguros debería ser una prioridad. No se puede, ni se debe, dar el lujo el gobernador Vega de administrar el estado en base a caprichos o personales intereses. En estos momentos Baja California está perdiendo dinero, esfuerzo y proyectos, al no tener un secretario de Gobierno. Prófugo primero y amparado después, el doctor Guillermo Trejo Dozal fue retirado de esa posición precisamente por su desaseo legal. Una orden de aprehensión girada en su contra por vender seguros pirata, fue emitida por un Juez de Distrito que consideró, al análisis de las evidencias y la denuncia interpuesta desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que había elementos suficientes para presumir la comisión de un delito y encarcelar a quienes colaboraron en ello. En una actitud deshonesta, el ex secretario Trejo ocultó esta información a quien le dio la confianza, al nombrarlo el número dos de su administración, en este caso a Francisco Vega de Lamadrid. No le dijo cuando a finales de enero de este año, fue liberada la orden de aprehensión en su contra; engañó al mandatario al ocultar la verdad de su situación jurídica, y permitió que se le siguieran encargando proyectos que, sabía, tarde o temprano interrumpiría para arreglar su situación jurídica. Al ocultamiento de la verdad por parte de una persona prófuga de la justicia, el gobernador reacciona en el extremo: le da su confianza y le guarda el lugar en la Secretaría General, al tiempo que le concede una licencia y no le solicita la renuncia al cargo. Con ello Vega de Lamadrid abandona la seriedad que su cargo exige, y traiciona la confianza de los bajacalifornianos, al mantener detenida una importante área de la administración, en tanto que una persona presumiblemente culpable -al menos para un Juez- y que debería estar en la cárcel, no quede libre de sospecha. Es evidente, ante esta reacción, declarar públicamente que esperará a Trejo y no nombrará a un secretario de Gobierno formal, comprometido y que trabaje por la causa de Baja California, que Francisco Vega no está actuando con la seriedad y el compromiso de un Ejecutivo del Estado, sino con la confianza de un compadre que no se siente burlado ni engañado, y que decidirá mantener trunca una importante área de su administración, hasta que el sujeto de sus afectos limpie el cochinero legal en el que presumiblemente se metió. Dicha actitud lleva a exigirle a otras personas realizar labores más allá de las que en inicio se les encomendó. Por ejemplo, en lo que a Guillermo Trejo le conceden un amparo definitivo contra la orden de aprehensión, se le pidió, porque así corresponde por Ley, que la oficial mayor se encargue de atender lo que el prófugo no puede. De esta manera, la licenciada Loreto Quintero debe dividir en cuatro su vida para responder a todas las encomiendas que tiene. Por un lado, es titular de la Oficialía Mayor, por otro, es integrante de la planilla de Gustavo Madero que contiende por la dirigencia nacional del PAN, y a su tiempo de vida privada, ahora debe sumar la responsabilidad de la Secretaría de Gobierno. No se ve correcto el hecho que el ex secretario de Gobierno, quien no ha dado la cara a la sociedad que eligió a Francisco Vega, que a su vez confió en él, se diga aún secretario general, utilice los recursos y el personal de la Secretaría para concertar reuniones o acuerdos, mientras con su equipo de abogados intenta dar la vuelta a la orden de aprehensión y quedar libre de la culpa que se le señala en el Juzgado Sexto de Distrito. El Gobierno del Estado de Baja California no tiene por qué esperar a que una persona arregle sus problemas jurídicos para avanzar. Y si de suyo no es necesaria la figura del secretario de Gobierno, tan es así que el Ejecutivo decide no suplirlo, pues se debería eliminar y otorgar esas facultades a quien pueda con ellas, total, ese ha sido el sueño del coordinador de gabinete que hasta una iniciativa redactó -aunque no presentó- para restarle responsabilidades a la general y sumarlas a las propias. En estos momentos de investigación a quien fue secretario de Gobierno, es increíble, pues, que no exista otro bajacaliforniano con la capacidad para hacerle frente a esa área y darle al gobierno de Francisco Vega de Lamadrid, el empuje necesario para arrancar. Están por cumplirse los seis meses que juró cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan, para el beneficio de Baja California y sus habitantes, y ya su equipo está descabezado, mientras ni una sola obra ha iniciado. Seriedad, es lo único que se pide.

34 años

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El 11 de abril de 2014 cumplimos 34 años juntos, y el personal de ZETA aprovecha esta edición, para agradecer a nuestros lectores, anunciantes y voceadores, por más de tres décadas de confianza y fidelidad con la línea editorial, independiente y libre de este su semanario. A los ciudadanos y funcionarios honestos, nuestro reconocimiento por respaldarnos. Por proporcionarnos la información que la corrupción intenta ocultar; su colaboración participativa nos ha permitido hacer un periodismo con sustento. Exponer la realidad de los problemas sociales para que en comunidad, podamos superarlos. Con periodismo de investigación ustedes han logrado combatir las estructuras mafiosas dentro y fuera de los gobiernos, su propuesta para la elaboración de reportajes, artículos y presentación de la noticia, ha resultado en el periodismo de denuncia, contestatario e independiente que desde ZETA y con el apoyo de lectores y anunciantes, ha sido posible los últimos 34 años. Gracias por su disposición manifiesta para continuar ejerciendo la libertad de expresión y abonar con ello a la justicia, a la justicia social, a la transparencia, el buen gobierno y la democracia. Quienes fundaron y quienes permanecemos en este semanario, creemos y respetamos las instituciones, así como en el derecho y obligación que tenemos ciudadanos y periodistas de estar informados para participar en los cambios que construyan gobiernos justos, conscientes y sensibles. En el cumplimiento de otro aniversario reiteramos: este proyecto periodístico de reporteros, editores y administrativos, sigue siendo de ustedes, amables lectores. No existe dinero que compre, ni amenaza que merme el compromiso que tenemos con la credibilidad que nos brindan, y con el respeto que sentimos por la dignidad y valores demostrados por los compañeros que nos han sido arrebatados cobardemente al defender sus libertades y nuestras libertades: Héctor “El Gato” Félix (20 de abril de 1988), Francisco Ortiz Franco (22 de junio, 2004), Luis Valero (27 de noviembre de 1997), quienes cayeron ante las balas asesinas, y Jesús Blancornelas (23 de noviembre 2006), víctima de una enfermedad que se complicó tras el ataque armado del que fue objeto en 1997. Sirva este espacio para reiterar a los gobiernos la exigencia de justicia plena en cada uno de estos casos. No hemos dado ni un paso atrás. Mucho ha sucedido desde aquel febrero de 2006 cuando el codirector fundador Jesús Blancornelas pasó la estafeta a nuestros compañeros Adela Navarro y René Blanco para dirigir los destinos de este semanario, reporteros se han retirado, han llegado otras generaciones, hemos soportado los embates fiscales de gobiernos centralistas, la amenaza de criminales, la afrenta de políticos, gobernantes y funcionarios deshonestos, y compartido las penurias de las crisis económicas con nuestros anunciantes y lectores. Y contrario a los pronósticos más pesimistas, ZETA ha sostenido su línea editorial, incluso rechazando la publicidad de gobiernos que pretendieron con contratos económicos evitar la investigación y la publicación periodística de la opacidad y la transa en sus administraciones.  Seguimos avanzando, el 7 de julio de 2013 esta empresa puso en funcionamiento su página electrónica www.zetatijuana.com , desde donde hemos podido informar con oportunidad, ocupándonos además de la investigación periodística, de la nota diaria de interés, multiplicando nuestro número de visitantes en nueve meses, interesando al público joven en el periodismo de investigación promovido en redes sociales. Hoy queremos compartir con ustedes otro cambio. Se trata de nuestra primera renovación de imagen en nueve años, la cual tiene el único objetivo de darle a los reportajes una estructura visual ordenada, con mayor contenido gráfico, para que la lectura sea más cómoda y ágil, sin sacrificar la calidad de la información. Como aquel 11 de abril de 1980, ZETA sigue siendo para el personal de esta casa editora, “…el reto a la continuación del quehacer periodístico”. Desde hace 34 años, amigo lector “sabes perfectamente quiénes somos, cómo pensamos y cómo actuamos” y en eso no existe posibilidad de cambio. Gracias por recorrer este camino con nosotros.

Mimiahuápam

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La ganadería mexicana de San Miguel de Mimiahuápam, de divisa obispo y oro, se cubrió de gloria en la Feria de San Isidro en 1971. El bravo encierro jugado en Las Ventas el 22 de mayo, marcó un hecho histórico sin precedentes en la distinguida trayectoria del ganadero Luís Barroso Barona, entonces propietario de uno de los hierros más importante de la segunda mitad del siglo XX y trascendente en México: San Mateo. La fundación de Mimiahuápam se remonta a finales de los años cuarenta, cuando los hermanos de idéntico nombre de pila, Barroso Barona y Barroso Chávez promovieron con sus padres la compra de un hato de ganado para llevarlo a pastar a la hacienda del mismo nombre, ubicada en el municipio de Taxco, al norte de Tlaxcala, uno de los estados de mayor solera en la crianza del toro bravo desde los veinte. Mimiahuápam era una próspera finca pulquera de unas 800 hectáreas, donde se trabajaba la tierra con honradez y entusiasmo. En 1947, los Barroso adquirieron la ganadería de Torreón de Cañas, formada con 250 vacas de Torrecillas y varios sementales de San Mateo. Era una ganadería enclavada en Durango, fundada en 1930 por Rafael Gurza Escudero, gracias a la amistad que le unía con los ganaderos zacatecanos Antonio y Julián Llaguno González, aunque era una vacada regional y lidiaba mucho, acudía una vez al año al Toreo de La Condesa con una novillada, y llegó a lidiar dos corridas con éxito en el mismo escenario. Una de ellas fue el 28 de febrero de 1940, y la estoquearon en mano a mano Lorenzo Garza y Luís Castro “El Soldado”, los dos toreros consentidos de Llaguno, que seguramente influyó para que ambos estuvieran incluidos en el debut de Torreón de Cañas. El otro encierro se lidió el 28 de febrero de 1945, en un festejo en que Antonio Velásquez, en sustitución del lesionado David Liceaga, le cortó el rabo al bravo toro “Cortesano” y se llevó la Oreja de Oro en disputa. Al poco tiempo, una vez que las vacas de Torreón de Cañas se habían repuesto en los bien acondicionados potreros de Mimiahuápam, los Barroso organizaron una retienta de todas las vacas, a la que asistieron el empresario y ganadero Antonio Algara y los empresarios de la zona, Jesús Zamora y Daniel Muños. A cargo de las faenas estuvieron “El Rey del Temple”, Jesús Solórzano, “El Ciclón”, Carlos Arruza, Silverio Pérez y Raúl Ochoa “Rovira”. Tras una rigurosa selección, aprobaron 50 vacas, cantidad adquirida total a Rafael Gurza. Dos años duró la sociedad entre los primos, pues en 1949, Luis Barroso Chávez, mejor conocido como “Chacho”, adquirió de Yturbe la postinera ganadería de Pastejé, que en ese tiempo, con su cuota “murubeña”, estaba colocada como una de las ganaderías más destacadas. El cincuenta por ciento de Mimiahuápam se lo vendió a Luis Barroso Barona, que se quedó como dueño. La presentación de Mimiahuápam fue en el desaparecido Rancho de “El Charro” de Polanco, con una novillada. Un año y ocho meses más tarde, se fueron a la Plaza México el 11 de diciembre de 1949, toreándola seis novilleros y comenzando a lidiar en provincia; paulatinamente fue adquiriendo crédito entre los toreros qué sabían  perfectamente de su base genética de una vacada que iba por buen camino. Sin embargo, era necesario aumentar las vacas de vientre y hacer crecer las familias. La escrupulosidad en la selección solo permitía dejar de reproductoras a animales con óptimas condiciones, tanto de bravura como de calidad. Tampoco venía mal acrecentar los sementales, a fin de abrir más las líneas, y fue hacia 1958 que, por mediación del taurino Alfonso López, Luis Barroso tuvo un acercamiento con Antonio Llaguno, quien había heredado San Mateo tras la muerte de su padre. arruzina@hotmail.com

Mimiahuápam

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La ganadería mexicana de San Miguel de Mimiahuápam, de divisa obispo y oro, se cubrió de gloria en la Feria de San Isidro en 1971. El bravo encierro jugado en Las Ventas el 22 de mayo, marcó un hecho histórico sin precedentes en la distinguida trayectoria del ganadero Luís Barroso Barona, entonces propietario de uno de los hierros más importante de la segunda mitad del siglo XX y trascendente en México: San Mateo. La fundación de Mimiahuápam se remonta a finales de los años cuarenta, cuando los hermanos de idéntico nombre de pila, Barroso Barona y Barroso Chávez promovieron con sus padres la compra de un hato de ganado para llevarlo a pastar a la hacienda del mismo nombre, ubicada en el municipio de Taxco, al norte de Tlaxcala, uno de los estados de mayor solera en la crianza del toro bravo desde los veinte. Mimiahuápam era una próspera finca pulquera de unas 800 hectáreas, donde se trabajaba la tierra con honradez y entusiasmo. En 1947, los Barroso adquirieron la ganadería de Torreón de Cañas, formada con 250 vacas de Torrecillas y varios sementales de San Mateo. Era una ganadería enclavada en Durango, fundada en 1930 por Rafael Gurza Escudero, gracias a la amistad que le unía con los ganaderos zacatecanos Antonio y Julián Llaguno González, aunque era una vacada regional y lidiaba mucho, acudía una vez al año al Toreo de La Condesa con una novillada, y llegó a lidiar dos corridas con éxito en el mismo escenario. Una de ellas fue el 28 de febrero de 1940, y la estoquearon en mano a mano Lorenzo Garza y Luís Castro “El Soldado”, los dos toreros consentidos de Llaguno, que seguramente influyó para que ambos estuvieran incluidos en el debut de Torreón de Cañas. El otro encierro se lidió el 28 de febrero de 1945, en un festejo en que Antonio Velásquez, en sustitución del lesionado David Liceaga, le cortó el rabo al bravo toro “Cortesano” y se llevó la Oreja de Oro en disputa. Al poco tiempo, una vez que las vacas de Torreón de Cañas se habían repuesto en los bien acondicionados potreros de Mimiahuápam, los Barroso organizaron una retienta de todas las vacas, a la que asistieron el empresario y ganadero Antonio Algara y los empresarios de la zona, Jesús Zamora y Daniel Muños. A cargo de las faenas estuvieron “El Rey del Temple”, Jesús Solórzano, “El Ciclón”, Carlos Arruza, Silverio Pérez y Raúl Ochoa “Rovira”. Tras una rigurosa selección, aprobaron 50 vacas, cantidad adquirida total a Rafael Gurza. Dos años duró la sociedad entre los primos, pues en 1949, Luis Barroso Chávez, mejor conocido como “Chacho”, adquirió de Yturbe la postinera ganadería de Pastejé, que en ese tiempo, con su cuota “murubeña”, estaba colocada como una de las ganaderías más destacadas. El cincuenta por ciento de Mimiahuápam se lo vendió a Luis Barroso Barona, que se quedó como dueño. La presentación de Mimiahuápam fue en el desaparecido Rancho de “El Charro” de Polanco, con una novillada. Un año y ocho meses más tarde, se fueron a la Plaza México el 11 de diciembre de 1949, toreándola seis novilleros y comenzando a lidiar en provincia; paulatinamente fue adquiriendo crédito entre los toreros qué sabían  perfectamente de su base genética de una vacada que iba por buen camino. Sin embargo, era necesario aumentar las vacas de vientre y hacer crecer las familias. La escrupulosidad en la selección solo permitía dejar de reproductoras a animales con óptimas condiciones, tanto de bravura como de calidad. Tampoco venía mal acrecentar los sementales, a fin de abrir más las líneas, y fue hacia 1958 que, por mediación del taurino Alfonso López, Luis Barroso tuvo un acercamiento con Antonio Llaguno, quien había heredado San Mateo tras la muerte de su padre. arruzina@hotmail.com

Kiko, 177 ejecutados

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De pocos temas habla con seriedad y compromiso el gobernador del Estado de Baja California, Francisco Arturo Vega de Lamadrid, o Kiko, como le gusta que le llamen en la informalidad de su investidura. De lo que poco o nada habla, es de la inseguridad, que está tomando un peligroso repunte en el estado. A 140 días de tomar posesión, Vega de Lamadrid no ha dado a conocer una estrategia sólida y formal contra la delincuencia organizada y el narcotráfico en Baja California. Se dejó llevar por la continuidad que representó el ratificar en el cargo de secretario de Seguridad Pública del Estado a Daniel de la Rosa Anaya, y la tranquilidad que para él y solo para él, significa confiar la Procuraduría General de Justicia del Estado a su amiga y entrañable colaboradora, la magistrada con licencia Perla del Socorro Ibarra. Los síntomas del abandono gubernamental en materia de seguridad están comenzando a notarse. Descoordinación en las corporaciones policíacas de Estado y Municipio, abandono por lo menos físico de las Fuerzas Armadas, y una reorganización y rearme de las organizaciones criminales. La prueba fehaciente de este caos y de la ausencia de una estrategia conjunta para combatir a narcotraficantes y criminales, son las 177 ejecuciones que han sucedido en 79 días (hasta el día de ayer, jueves 20 de marzo), incluyendo menores de edad, en los cinco municipios de Baja California. A diferencia de anteriores gobernadores y muy cerca de la estrategia del Presidente Enrique Peña Nieto, Francisco Vega no ha tomado el tema como su cruzada, lo cual se puede interpretar como insensibilidad social y por parte de la delincuencia como una indiferencia, que puede ser aprovechada para la rehabilitación de células criminales, el crecimiento de otras y el nacimiento de unas más, ante el clima de desinterés e impunidad que se respira. Cuando vemos y vivimos este escenario, es imposible no pensar en las palabras que dijo un narcotraficante cuando al ser detenido por Alberto Capella Ibarra en noviembre de 2011, y en respuesta a la pregunta de por qué había regresado al estado: “Porque ya no había gobierno”. Se refería al cambio de mandos en el Ejército, a la salida del Teniente Julián Leyzaola de las corporaciones locales, y a la ausencia de quien desde la Secretaría de Gobierno había coordinado a Generales, secretarios, directores y procurador: Francisco Blake Mora. El desgobierno en materia de seguridad trae caos, violencia de alto impacto, muerte, tráfico, extorsión, impunidad. Kiko Vega no ha dado un discurso profundo y comprometido en el tema. Ni ha asumido la posición de liderazgo en la delicada materia, tampoco ha instrumentado el Mando Único para la coordinación policíaca y de investigación, aunque las reuniones entre policías e investigadores que desconfían unos de otros, se siguen dando. Ni siquiera ha convencido a su procuradora de entrarle al tema del combate al narcotráfico y el crimen organizado, judicializando los casos de los muchos crímenes que suceden en la entidad, para generar órdenes de aprehensión contra los principales delincuentes que encabezan bandas de criminales, particularmente del Cártel de Sinaloa y del Cártel Arellano, que aun reducido, existe. La procuradora ha concentrado sus esfuerzos en abatir el rezago que encontró en las subprocuradurías y en el Ministerio Público, así como consolidar el Nuevo Sistema de Justicia Penal; acciones que se le agradecen, que dan agilidad a los procesos, pero el siguiente paso debe ser investigar, judicializar y solicitar órdenes de aprehensión contra criminales, delincuentes, narcotraficantes, secuestradores, extorsionadores y asesinos que, de manera sistemática, han sido mencionados en averiguaciones previas por otros delincuentes que sí han sido aprehendidos. El gobernador, como la procuradora, no pueden ni deben voltear a otro lado en el tema de la inseguridad, hacerlo es proveer impunidad a los criminales y vulnerar más la seguridad e integridad física de los bajacalifornianos. Política, administrativa y socialmente, es obligación y responsabilidad de Francisco Vega, ordenar y supervisar una estrategia de combate a la inseguridad que investigue, persiga y detenga a quienes hacen daño a la sociedad; no hacerlo, evadir esa facultad como lo ha hecho hasta la fecha, solo contribuye a que el conteo de ejecutados siga creciendo. 177 ejecuciones en 79 días son muchos, gobernador. Ya es hora y es su obligación, o… ¿cuántos más necesita?