En Baja California, eso de la independencia del Poder Judicial se toma como broma. Luego que el magistrado Alejandro Isaac Fragozo se comportara como un integrante del gabinete de la gobernadora Marina Avila Olmeda, o como el diputado 18 de la bancada de Morena en el Congreso del Estado, especialmente cuando se trata de inclinar la balanza de la justicia o de colocar recomendados, hace unos días demostró su compromiso con la gobernadora y el proyecto morenista. El 7 de octubre de 2025, nombró -por decisión propia- a una abogada de amplia trayectoria como secretaria general de Acuerdos del TSJE, a Yudith Figueroa Morales. Nadie dudó de su capacidad ni cuestionó el encargo, pero la abogada tuvo que ser renunciada, luego que descubrieron que como profesional del derecho no estaba muy de acuerdo con la actual administración de justicia ni con la propia mandataria estatal. Resulta que, desde hace meses, la abogada ha publicado en redes sociales un gran número de mensajes despectivos y críticas hacia la gobernadora, en especial hacia la reforma judicial. Desde señalamientos de imposición de candidatos por parte de la mandataria, hasta que nadie ampararía a la ciudadanía con los nuevos jueces, magistrados y ministros. La crítica de Yudith Figueroa, como abogada, es como la de cualquier otro que no estaba de acuerdo con modificar el esquema de carrera judicial para someterlo a voto popular, pero para los magistrados del TSJE fue una afrenta enorme cuando se enteraron que la funcionaria había despotricado contra la reforma y la propia gobernadora, lo que provocó su salida de la administración de justicia. Es decir, obtuvo el cargo y se le pidió la renuncia por las críticas que hizo a la reforma judicial. Parece que en el Tribunal los togados son rencorosos y no toleran la crítica, ni a ellos ni a la gobernadora.
Rencorosos
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