Una llamada anónima activó nuevamente a las integrantes del colectivo de búsqueda de personas desaparecidas “Madres Hasta Encontrarte Tecate”, el viernes 28 de noviembre del 2025, quienes apenas horas antes realizaban rastreos en campo en busca de cuerpos abandonados o enterrados en la zona agreste de la delegación Cerro Azul, en el municipio de Tecate.
La búsqueda fue reportada como positiva. Lograron dar con el paradero de restos humanos, hecho que fue reportado a las autoridades poco después de mediodía del jueves 27 de noviembre. Los restos fueron hallados en el área conocida como “Cañón Manteca”, una de las zonas en donde se han localizado varios cuerpos; el 90 por ciento por el colectivo, encabezado por Mónica Gabriela Mariscal, debido a las condiciones geográficas de la zona, ya que dicho camino conecta a la delegación Nueva colonia Hindú, que liga a rancherías como Rancho Viejo (carretera a Ensenada), Peña Blanca o Santa Verónica (carretera a Mexicali).
Tras una revisión de los restos, se pudo identificar que estos pertenecían a una mujer. Junto a ellos fueron localizadas dos prendas íntimas, entre ellas sostenes de color negro.
La llamada, recibida el viernes a temprana hora, las movilizó a un terreno baldío ubicado a espaldas de la empresa Toyota, en los límites entre el municipio de Tecate y Tijuana, conocido como Rancho la Herradura de Oro. Ahí la voz desconocida refirió que encontrarían una extremidad y un olor putrefacto. Inmediatamente el colectivo llegó al área, identificaron la zona e iniciaron el rastreo, que resultó positivo.
Horas más tarde, el cuerpo fue identificado como Fabiola Metzulebeth Cervantes de 30 años, reportada como desaparecida el pasado 1 de noviembre. Fue vista por última vez por sus compañeros de trabajo al descender del transporte de personal al concluir su jornada laboral en Boe Vision Electric Technology México S.A. de C.V., ubicada en Otay. Investigadores refirieron que datos proporcionados por la ubicación de su celular sitúa a la joven madre de familia, horas antes de perder toda comunicación, en el domicilio de su expareja ubicado en la privada Mora, en el fraccionamiento Villas del Campo, a cinco calles del domicilio de Fabiola.
Familiares de la víctima, la reconocieron por su tez blanca, pelo negro y prendas de vestir: sudadera aborregada color café, blusa morada con franjas negras. Horas después de su desaparición, la madre de la joven refirió haber recibido un mensaje de texto del teléfono de su hija en la que decía haber decidido irse hacia Estados Unidos y solicitar que no la buscaran más, mensaje que, a decir de la madre, no contaba con las características de lo que su hija enviaba, por lo que levantó aún más la sospecha de que algo le había sucedido.
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El 13 de noviembre, dos semanas antes de que su cuerpo fuera localizado, Garvin Zapata, pareja de Fabiola, fue detenido y vinculado a proceso por el delito de desaparición forzada cometida por particulares, quien desde hacía meses había realizado denuncias contra su expareja por violencia familiar y acoso.
Rencillas por celos, principal línea en desaparición y asesinato de Fabiola
Aunque no se descartan otras razones, las rencillas por celos son, hasta ahora, la principal línea de investigación que se tiene en el caso de desaparición y posterior asesinato de Fabiola Metzuletbeth, esto de acuerdo con información recibida por ZETA.
Fuentes allegadas a este Semanario refirieron que tras la localización de Fabiola, Garvin Zapata no ha querido revelar los motivos de su crimen, pero dado su historial con la víctima, quien lo denunció por violencia familiar y acoso, se cree que el móvil fueron las rencillas por celos ocasionadas por él.
Más de 100 personas localizadas por el colectivo

El colectivo de búsqueda de personas desaparecidas “Madres Hasta Encontrarte”, ha logrado dar con el paradero de más de un centenar de personas reportadas como desaparecidas; el 90 por ciento de los casos han sido localizados sin vida.
El 95 por ciento de las fosas clandestinas localizadas en el municipio de Tecate, han sido resultado de los trabajos que los integrantes de este colectivo han realizado en campo, en su mayoría derivadas de llamadas anónimas.
En al menos cinco casos en los que una mujer fue localizada sin vida en lo que va del año, “sabemos que se habían hecho denuncias en contra de exparejas o particulares que habían registrado conductas catalogadas como de peligro en contra de ellas, sin que las autoridades hayan actuado o brindado la protección necesaria y que incluso pudo haber cambiado el resultado de lo que hoy es irremediable: la muerte de estas mujeres”, dijo una integrante del colectivo.
Las activistas refieren que es más común que los grupos de búsqueda cuenten con mayor información que las autoridades.
“Se ha vuelto una constante el que la ciudadanía confíe más en nosotros como buscadores que en las propias autoridades, esto por la falta de resultados y, porque se debe decir como es, pesan los señalamientos de los nexos que existen entre el crimen organizado y los propios agentes. ¿Con qué confianza van a asistir a una oficina a denunciar cuando no sabes quién te está escuchando e incluso quién te está tomando la denuncia? La gente tiene miedo de sumarse a esta cifra que hoy por hoy ha dejado una cantidad incalculable de personas desaparecidas solamente en Baja California”, dijo otra de las activistas.
“Poco a poco los colectivos de búsqueda se han convertido en los ojos y oídos de una institución adormilada en materia de desaparición forzada; son la punta de lanza de las caminatas, rastreo e incluso un cúmulo de información al que la propia autoridad no llega, esto derivado de la red que han tejido directamente con las personas dolientes, en búsqueda, y no en una oficina fría en la que se te atiende de manera fría, con prisa y tu búsqueda es guardada en una carpeta que, si tienes buena suerte, un día será cerrada”, expresó una de las representantes de los colectivos en el estado.






