La iniciativa del Gobierno Federal para reducir la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas no contempla un segundo día de descanso obligatorio. De ser aprobada por el Congreso de la Unión, no se cumpliría el objetivo de la reforma que busca que haya un balance entre la vida personal y laboral, señaló la diputada federal de Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado.
El secretario del Trabajo, Marath Bolaños López declaró que la propuesta enviada al Senado contempla que la reducción de la jornada laboral se hará gradual, a partir de 2027, cuando bajarán a 46 horas; en 2028 a 44; en 2029 a 42 y en 2030 a 40 horas, sin implicar en ningún momento disminución salarial.
Además, se establece un límite para que la suma entre las horas ordinarias de trabajo y las extraordinarias no puedan superar en ninguno caso las 12 horas en un día. Del mismo modo se establece una ampliación de las horas extra dobles para pasar de 9 a 12 horas extraordinarias a la semana de manera voluntaria.
Se prohíbe que las personas menores de edad puedan trabajar horas extraordinarias, así como que se limitan cuatro horas las horas extraordinarias que son pagadas al triple, que actualmente son ilimitadas.
Asimismo, se establece la obligatoriedad para las personas empleadoras de registrar electrónicamente la jornada de trabajo de cada persona trabajadora, haciendo posible contabilizar el correcto pago de jornadas ordinarias y extraordinarias, que podrán ser revisadas por la autoridad.
Sol Merino, directora operativa de Sindicatos Unidos con México Moderno (SUCOMM), consideró “preocupante” que se establezca un mecanismo de autorregulación sin asegurar que efectivamente la autoridad hará una inspección real y efectiva de cumplimiento, por lo que existe el riesgo de que la reforma sea “letra muerta”.
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“Que no solamente vayan a inspeccionar a los mismos; que inspeccionen a todas las empresas porque es un tema que se da muchísimo en Baja California que van a inspeccionar a las mismas empresas que siempre verifican”, afirmó.
Otra área de oportunidad se centra en los trabajadores agrícolas a quienes les pagan por destajo, pues reducirles la jornada laboral no debería implicarles menos percepción, consideró.






