El municipio de La Paz sigue teniendo graves problemas de tránsito; las calles y sus banquetas no cumplen el principio de la pirámide de la movilidad, dando prioridad a los peatones, ciclistas, el transporte público y los vehículos. Quienes más lo padecen, son las personas con discapacidad.
Desde la agrupación Movimiento para el Respeto y el Derecho a la Inclusión de las Personas con Discapacidad, Juan Manuel Olachea Higuera, ha dado seguimiento a múltiples fallas en la infraestructura de la ciudad.
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“Está el peatón en general como primera opción (pirámide de movilidad), eso en realidad no lo están haciendo desde hace tiempo”, recalcó Olachea.
Apenas unos meses atrás, en el cruce de Forjadores y Oro, fueron colocados semáforos peatonales y un sistema de semáforos inteligentes para el flujo vehicular; aunado a ello, se construyeron cruces seguros y banquetas inclusivas.
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Sin embargo, en medio de la rampa para personas con discapacidad, colocaron bolardos, lo cual dificulta el libre tránsito de una persona en silla de ruedas.
“Nuestra presencia obedece a un mandato superior de reclamar la vigencia efectiva del estado de derecho, porque cuando una persona con discapacidad no puede transitar por su ciudad. No estamos ante una tragedia personal, sino ante una falla sistemática del estado, en su obligación de garantizar los derechos humanos consagrados en nuestra Constitución”, señaló Francisco Javier Sandoval, diputado del VII Parlamento Inclusivo de Baja California Sur.
Los señalamientos de parte de diputados del VII Parlamento Inclusivo a principios de diciembre, fueron suficientes para exhortar a las autoridades a generar espacios seguros para el libre tránsito de los peatones, en especial de aquellos que padecen alguna discapacidad.
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“Exhorta respetuosamente a los poderes Ejecutivo y Legislativo, así como a los cinco ayuntamientos, para que en el ámbito de sus competencias ejecuten de inmediato las siguientes acciones estratégicas”.
“En materia de movilidad, infraestructura y derecho a la ciudad, se exhorta a la SEPUIMM y a las presidencias municipales a transitar hacia un modelo accesible y universal mediante infraestructura peatonal, un programa agresivo de construcción y rehabilitación de banquetas amplias y continuas, con la eliminación sistemática de obstáculos fijos y del ambulantaje, garantizando rampas normativas en todas las esquinas”, exhortó el diputado incluyente, Javier Eduardo Soriano Santos.
Para el Movimiento de las Personas con Discapacidad, la construcción de nuevas calles debería ser sinónimo de oportunidad de una movilidad sana y bien diseñada, pero, por el contrario, se topan con banquetas mal hechas, sin cumplir con el estándar mínimo de operatividad y seguro para los peatones.
Lo peor de todo, es que pasa por las manos de las mismas autoridades, y se presume corrupción en autorizaciones para la creación de obras inconclusas.
“En realidad, no entiendo por qué el Ayuntamiento de La Paz y el Cabildo otorgan permisos para proyectos que no incluyen la movilidad de las personas con discapacidad. Si permiten esto, vemos banquetas donde mi silla de ruedas, que mide 90 cm de ancho, apenas cabe, ya que la banqueta también mide 90 cm. Es una situación imposible, y aun así, siguen otorgando permisos”, lanzó Juan Manuel.
Por otro lado, en julio del 2023, el Congreso de Baja California Sur aprobó la Ley de Movilidad, pero que pareciera que hasta el día de hoy es letra muerta.
Precisamente, Cristina Ortuño, activista en temas de movilidad, expresó que participó en la creación de la ley, y en su momento, cuando la aprobaron dejaron fuera la sustancia, lo que le daba sentido a esta: un sistema conformado por todos los sectores, el público, el privado, asociaciones y los más importantes, los peatones.
“Tenemos una Ley de Movilidad que no se aplica, lo que la vuelve inútil. Además, la Ley aprobada no fue la que se propuso originalmente (la cual planteaba un sistema). Falta coordinación y un sistema, porque quienes decidieron no abordaron el tema de fondo, que requiere la participación de todas las instancias en la planeación y presupuestación”, lamentó Ortuño.
FALTA VIGILANCIA EN LA CIUDAD
Es muy frecuente en la ciudad de La Paz, observar cómo los establecimientos comerciales invaden parte de la acera, o incluso cómo algunos residentes construyen sobre ella, sin que la autoridad intervenga ante esta situación.
“Me parece que se juntan omisiones, e insisto, me parece que el municipio no se da abasto”, apuntó la activista Cristina Ortuño.
Y es que, sobre los peatones, sobre las personas con discapacidad y los adultos mayores en las banquetas, están los comercios; aquellos que pagan impuestos, y que pagan por violentar el espacio público.
Pero que “más peca” la autoridad por ser omisa, por permitir que se abuse de la reglamentación y complique la movilidad de los ciudadanos.
“Negocios, como cafés, restaurantes, taquerías y todo, pasa esto que comentas; que llega el particular cualquier ciudadano como tú o como yo, y pues interviene también banquetas. Entiendo que se da este fenómeno, quizá el municipio no tiene para arreglar todas las banquetas, porque siempre está el tema del presupuesto, pero aquí el asunto es: ¿Quién vigila? ¿Quién da esos permisos? ¿Y por qué de repente da la impresión de que cada quien hace su banqueta como le da la gana?”, reiteró Ortuño.
La falta de criterio, de aplicación de la Ley y quizá hasta negligencia, ha generado que la vía pública sea manejada por unos cuantos; o tal vez, sólo sea que no hay interés para regular el uso de la vía pública, lo que es bien aprovechado por algunos comercios.
“Asumo que el área de movilidad municipal sigue operando, pero desconozco la razón de la falta de orden y criterios uniformes, quizás por falta de presupuesto, de personal o falta de vigilancia. Es común ver construcciones no autorizadas, como jardineras, ocupando espacio en la vía pública sin permiso, aprovechando la falta de supervisión. Se da un doble fenómeno: falta vigilancia municipal, pero también falta responsabilidad de parte de nosotros como ciudadanos”, profundizó la activista.
BANQUETAS INSEGURAS
La pirámide de la movilidad le ha fallado a los ciudadanos, las banquetas que deberían ser inclusivas y seguras para los peatones ponen en riesgo a las personas en su transitar diario.
Aida Cota tiene osteogénesis imperfecta, su transporte es mediante silla de ruedas; actualmente tiene 23 años, y es muy consciente que en La Paz hay muchas áreas de oportunidad para mejorar la movilidad de los ciudadanos, teniendo en cuenta que se debe priorizar siempre a los peatones.
“Trato de moverme por la ciudad, pero hay muchos inconvenientes en lugares que no están bien adaptados; ya sea en alguna rampa, me puedo caer hacia atrás. Las banquetas no están adaptadas o para nosotros y tenemos que bajarnos hacia la calle, peligrando que nos atropellen y también hay muchos baches en las calles, así que tenemos que hacer todo lo posible por no caernos”, dijo la joven con discapacidad.
Gracias a que más personas han tomado conciencia de los problemas en las avenidas de la capital, es que hay mayor demanda para que se atienda a las necesidades del ciudadano.
La presidenta municipal de La Paz, Milena Quiroga Romero, invitó a los ciudadanos a utilizar la plataforma APP La Paz, para reportar anomalías en calles, fallas y banquetas obstruidas, las cuales serán atendidas por personal del Ayuntamiento.
“Está aplicación les permite enviar su queja en tiempo real, además les pide una fotografía y ubicación del incidente, para que los servidores públicos tengan el punto exacto de donde se está reportando y acudan para atender su reporte. Todos se atienden y se les da seguimiento, esa es la instrucción”, apuntó Milena Quiroga.
Ya casi se cumple un año desde que Juan Manuel Olachea interpuso una queja ciudadana ante el Ayuntamiento de La Paz; uno de sus vecinos empezaba a construir una rampa de concreto que le impediría su seguridad y libre tránsito, los funcionarios acudieron y por alguna extraña razón permitieron que se hiciera. A la fecha no ha pasado nada.
“Entregué un oficio a la presidenta municipal por algunos obstáculos que están en la banqueta que reporté hace un año en la aplicación y es hora que no lo resuelve. Es una rampa que empezaron a hacer, una que están en mi cera de la casa, o sea, en mi banqueta que siempre utilizaba; lo subí exactamente el 31 de diciembre de 2024 y el mismo año nuevo temprano llegaron los del ayuntamiento, tomaron fotos, tuvieron la oportunidad de haber parado esa obra y no la pararon”, añadió Olachea.
MACETAS MILLONARIAS
Uno de los temas que ha causado expectación en el municipio de La Paz, es la adquisición de 200 macetas de madera con llantitas, compras por la Administración Portuaria Integral (API) a petición del Ayuntamiento de La Paz, por un costo de más de un millón 084 mil pesos.
“Si bien, hay muchas más necesidades y prioridades para los ciudadanos, que no duraron ni una semana en el malecón, supuestamente serían para cerrar uno de los carriles del malecón y fomentar la movilidad de los peatones de manera segura, pero el gobernador del Estado, Víctor Castro, ordenó retirarlas” comentó la activista Cristina Ortuño.
Ortuño reiteró que cuando se trata de vulnerar los derechos de los peatones, los funcionarios públicos “se pintan solos”.
“Cuando hablamos del asunto, cuando a los automovilistas les molestan; cuando hablamos del asunto, cuando los comerciantes les molestan. Y pues mira, te voy a decir lo mismo que mucho en varios espacios a lo largo de los años: ¿por qué no oímos la molestia de los peatones? El que diga desde cualquier dependencia de gobierno, que el peatón, el usuario del espacio público es prioridad, miente”, explicó la activista.
La idea quizá era buena, pero no llegó en el mejor momento; hace falta que los peatones tomen el control de las calles, pero con el respaldo de los ciudadanos.
“Para que las personas usuarias de la banqueta o del malecón, puedan bajarse y hacer uso de una mitad de esa vialidad y hacerlo de manera segura. Así que esto es una acción en pro de la movilidad de las personas priorizando aquellas que nos marca la pirámide de la movilidad”, explicó Rut de la Fuente, directora de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz.
NO ES CAPRICHO, ES NECESIDAD
En Baja California Sur, particularmente, se violan los derechos humanos de las personas con discapacidad, y de todos en general, al no brindar el derecho a la movilidad y libre tránsito, pues es muy común encontrar barreras físicas, deficiencias en la infraestructura vial y serios problemas en el servicio de transporte público.
Desde hace 28 años, Juan Manuel Olachea padece de discapacidad motriz que lo mantiene en una silla de ruedas; ahora emprendió una lucha por su sector desde la asociación Movimiento para el Respeto y el Derecho a la Inclusión de las Personas con Discapacidad. Recordó que contar con un camión con rampa para las personas mayores y con discapacidad no es un capricho, sino una necesidad para una movilidad segura.
Explicó que de por sí las banquetas son inseguras para cualquier peatón, ahora trasladarse en silla de ruedas o muletas es prácticamente imposible; agregó que si sale de circulación la única unidad que cuenta con rampa, les cambia el día por completo, les toca perder varias horas de su día por esta causa.
El pasado jueves 11 de abril, se dirigía a la Dirección General de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito de La Paz, a realizar una serie de trámites que tienen que ver con movilidad, y el transporte falló; las unidades nuevas, los Tiburones Urbanos, fallaron.
“En la colonia de Miramar contamos con un camión nomás (camión de transportes urbanos), que es el número 28 con rampa. Entonces vino por mí, subió la gente que tenía que subir y le dije al amigo: ‘Me voy a bajar ahí en Tránsito’. Bajo en la Jalisco, pero el camión no regresó porque se quedó tirado; el radiador se le descompuso y no regresó. En las oficinas de los Tiburones (en Tránsito Municipal) me informan que el otro camión, ahora sí que de los Tiburones, los dos estaban tirados, uno por la rampa y el otro ponchado” comento.
Explica el activista que de 12 camiones que se cuentan en la ciudad, “tenemos cuatro camiones en la colonia Miramar y uno con rampa”, que fue el que se descompuso.
Tras la falla del camión de su ruta, para que Juan Manuel pueda tomar nuevamente un transporte inclusivo, tuvo que caminar alrededor de 2 kilómetros, para llegar al punto y que la unidad también fallara; eso lo llevó a una espera de alrededor de tres horas para llegar a su destino.
“Me voy para donde pasa el Tiburón, porque el camión ponchado ya lo habían arreglado; me voy desde el tránsito, que es la Colima y México, hasta la Ramírez, exactamente no sé cuánto, como 1 km, llegando al paradero de los tiburones. El paradero no es accesible para la silla de ruedas; es tierra, o sea, no hay rampa. De ahí me fui buscando un lugar accesible, no encontré ni uno hasta la Serdán y Colosio (un kilómetro más); fíjate, nomás todo lo que caminé, digo, en la silla ruedas. Llegando el camión bajó la rampa, mas no la subí, no pudo, se descompuso”, sostuvo Juan Manuel.
La frustración y el dolor son evidentes en las palabras del defensor de derechos humanos, quien al reflexionar sobre las constantes barreras físicas y la falta de apoyo, concluyó.
“Nosotros nos desgastamos mucho dándole a la silla de ruedas, y que todavía fallen y encontrar obstáculos, eso nos dice que nos están dejando solos, y de verdad duelen”, finalizó el defensor de derechos humanos.
